Ferias fértiles a pesar de pandemia
Este sábado se celebra el día de san Isidro Labrador, patrón de los agricultores, pulseadores que gracias a su noble labor le permite a la gente tener a su alcance los alimentos que tanto necesitan, incluso en plena pandemia.
Con motivo de esta fecha tan especial, La Teja conversó con Edwin Vargas, presidente de la Junta Nacional de Ferias del Agricultor, que reconoció que pese a que ha sido una época complicada debido al covid, ellos se mantienen al pie del cañón para ofrecerles a sus clientes productos de gran calidad.
“Ha sido un impacto muy fuerte, al inicio nos quisieron cerrar pero conversamos con personeros de los ministerios de Salud y de Agricultura y logramos que nos mantuvieran abiertos debido a la importancia de los productos que los agricultores llevamos a las ferias”, explicó Vargas.
Eso sí, para que pudieran abrir, los organizadores reforzaron los protocolos sanitarios como el distanciamiento físico y el lavado de manos. Además, solo se permite el ingreso de la mitad de la gente para evitar el riesgo de tumultos.
“Las ventas han bajado a más de un 50%, lo cual golpea a los ocho mil agricultores que tienen sus tramos en las ferias. Incluso, algunos trabajadores del campo de mayor edad se retiraron, algunos para cuidarse o por otras razones”, explicó Vargas.
Además, hay otro gran número de agricultores que no asisten a las ferias, ya que prefieren ir a los mercados mayoristas o que la pulsean vendiendo sus productos en la calle.
Beneficios. Don Gerardo Tencio, presidente del Comité Regional Ferias del Agricultor Valle Central Oriental, también explica que comprar en las ferias es un beneficio para los consumidores.
“Comprar en las ferias le garantiza comprar productos frescos, recién cosechados. Además, los precios son más cómodos y variados, la gente tiene la posibilidad de regatear porque el producto se clasifica en tres categorías, lo que varía es el tamaño, pero sigue siendo de excelente calidad”, explicó Vargas.
Otros que se han unido a los agricultores para ofrecer sus productos en las ferias son otro tipo de pulseadores que llegan a vender queso, jaleas, pancito casero y otras ricuras.
Algunos han pensado en facilitarles la vida a sus clientes, por lo que venden las verduras peladas y picadas y empacadas al vacío.
Además, entre los que acostumbran ir a la feria saben que el consumidor se identifica mucho con los agricultores y ese lugar se convierte en su punto de encuentro, lo cual desencadena en una amistad entre ambos y hasta motiva la conversación e interés por saber cómo logran sus cosechas, aunque lamentablemente la pandemia ha alterado este bonito comportamiento.