AISLADOS, SEGUROS Y RECUPERADOS
Cuando Jonathan López se contagió de covid-19 se preocupó tanto por su salud como por la de las personas que viven con él y que buscó un lugar donde aislarse de forma segura.
El sitio donde vive no cuenta con las condiciones para pasar una cuarentena sin exponer a otros, así que se pellizcó y logró que lo llevaran a un centro de contención de pacientes con coronavirus.
En el país son ya 700 las personas que como Jonathan se vieron en la necesidad de ir a uno de estos centros mientras enfrentaban la enfermedad y allí tuvieron alimentación, atención médica y todo lo necesario para salir adelante.
“Cuando me dieron el resultado de la prueba empecé a llamar al 911 y a la línea 1322 para decir que vivo con mucha gente y que necesitaba un lugar para ir a pasar la cuarentena y así no contagiar a nadie.
“Me contactaron con la Comisión Nacional de Emergencias y ahí me dijeron que podían ofrecerme un lugar en Heredia y acepté”.
Jonathan contó que la experiencia fue buena porque siempre estuvo bien atendido y su salud estuvo monitoreada.
“Estuve ahí doce días y me sentí bien, la limpieza era excelente, empezaban desde la mañana y durante el día desinfectaban varias veces. Con la comida también eran muy atentos y siempre nos daban cosas ricas y bien hechas, no me puedo quejar. Comíamos en un área común, pero distanciados y cada vez que alguien terminaba desinfectaba ese lugar.
“Los días los pasábamos descansando, veíamos televisión o nos acostábamos para irnos reponiendo. En mi caso estuve afectado de la respiración, pero por dicha no necesité oxígeno, siempre me controlaron la oxigenación. En los centros hay personas capacitadas que toman los signos a los pacientes y se encargan de atender a quienes se complican”, explicó.
Jonathan terminó la cuarentena ya hasta está de vuelta en su casa, en Cartago. Aún siente una especie de presión en el pecho que no le permite respirar con normalidad, pero está tranquilo porque sabe que ya pasó el periodo en el podía haber contagiado a quienes lo rodean y agradece la oportunidad que le dio la CNE.
Aceptación. Sigifredo Pérez, jefe de Operaciones de la CNE, dijo que al principio de la pandemia, cuando en una comunidad se intentaba poner un centro de contención se armaba un alboroto.
“Tuvimos varias situaciones complicadas porque las personas se oponían a que pusiéramos los centros. Incluso se dieron situaciones en las que tuvimos que sacar personas de lugares que estaban siendo apedreadas, pero eso ya cambió. La gente entendió que estos centros no representan un riesgo para los lugareños, sino que más bien ayudan a bajar los brotes de contagios”.
El funcionario dice que ahora la gente hasta les da ayudas para facilitar la operación del centro, como en el caso del centro de Heredia en el que el dueño del lugar decidió prestarlo por tres meses más luego de que a la municipalidad se le acabará la plata para seguir pagando el alquiler.
La CNE contrató a una empresa que se encarga de la administración de estos lugares.
Durante la pandemia se han abierto 17 centros, pero ahorita hay habilitados solo tres: uno en Parrita, otro en Limón y otro en Heredia, si se necesitara activar de nuevo alguno en menos de 24 horas estaría listo.
“Por estos lugares han pasado 700 pacientes y todos se han recuperado. La empresa administradora de lugar se encarga de contratar el servicio de alimentación a comercios locales y de limpiar las instalaciones tres veces al día, monitorear los signos vitales de las personas tres veces al día también y de auxiliarlos en caso de que necesiten algo.
Prevención es fundamental. Por tratarse de pacientes con coronavirus todas las personas que trabajan en los centros están capacitadas para tener contacto son los contagiados sin exponerse.
“En estos lugares se trata de tener dos áreas separadas, una donde están los colaboradores administrativos que no tiene contacto en ningún momento con los pacientes y otra en la que están las personas contagiadas y personal del centro que en todo momento usa los trajes de protección.
“Ellos son los que se encargan de dar la alimentación y de hacer la limpieza”, explicó el funcionario.
Pérez dice que además de dar acompañamientos y un trato humanitario, también han podido contribuir en casos que los han marcado.
“Nos pasó que nos llegó una señora al centro de Heredia y era una habitante de calle, estaba llena de piojos, garrapatas y sarna, muy desnutrida y además de ayudarla a recuperarse del covid pudimos ayudarla a mejorar sus condiciones de vida porque pidió ir a uno de los Hogares Crea”.