CHEPITO Y BRASIL

Brasil se convirtió el sábado en el segundo país del mundo, después de estados unidos, en superar los 500.000 muertos por covid-19.

Claro, hay una diferencia abismal entre los dos países y es que el primero va regresando poco a poco a la normalidad mientras se acerca a la meta del 70% de la población adulta vacunada. en Brasil la historia es otra y la tercera ola del coronavirus hace estragos en la población, algo en lo que tiene mucha culpa el presidente, jair Bolsonaro, quien le ha bajado el piso cuanto ha podido a la pandemia. Veamos algunos ejemplos: “A mi entender se está sobredimensionando el poder destructor de ese virus”, dijo el 9 de marzo del 2020, cuando Brasil registraba 25 casos, sin ninguna muerte. el 27 del mismo mes, cuando el país tenía menos de 100 muertos, salió con esto: “”Para el 90% de la población, esto será una gripecita o nada”.

“Parece que esa cuestión del virus ya se está yendo”; afirmó el 12 de abril del año pasado, cuando había ya 1.200 muertos. el 10 de noviembre fue un poco más allá: “Lamento los muertos, lo lamento. Todos nos vamos a morir un día, aquí todos van a morir. no sirve de nada huir de eso, huir de la realidad. Tienen que dejar de ser un país de maricas”.

Ya a esas alturas, Brasil sumaba 163.000 muertos, una cifra que no ha dejado de crecer hasta llevar al país donde está hoy, con medio millón de fallecidos y contando. esa indiferencia y esas burlas del presidente es lo que ha llevado a muchos a llamarlo genocida. Quizás en términos puramente legales no lo sea, pero sí es verdad que nunca ha estado a la altura de lo que su país ha necesitado y merece.