La Teja

“VI DOS PERSONAS MORIR EN UNA NOCHE”

- Rocío Sandí rocio.sandi@lateja.cr

Carlos Humberto Vásquez, más conocido en su pueblo como Beto, ahora valora más que nunca cada momento de su vida, ya que el covid-19 estuvo a punto de apagarla y en el hospital vio cosas muy duras.

Él vive en Yama de Pavones, en Turrialba, y dice que no sabe ni cómo ni dónde se contagió, pues siempre se cuidó mucho.

La pesadilla amarga del azucarero comenzó a mediados de mayo.

“Empecé a sentirme como raro, me sentía diferente, como que presentía que tenía esa enfermedad, yo voy mucho donde mi hermana para ayudarla a cuidar a mi hermano (tiene un retardo mental), pero preferí no ir a diario por eso que presentía. El miércoles 19 de mayo fui a ver cómo estaban, pero no entré a la casa, le dije que me sentía raro y mi hermana me dijo que no creía que yo estuviera contagiado, pero de todas formas me quedé afuera.

“Ese mismo día en la noche perdí el gusto y el olfato, además me empecé a sentir mal porque me dio calentura y mal de estómago. Duré varios días aquí en mi casa encerrado sin ir al hospital, pero el 23 de mayo me puse peor porque me empezó a faltar el aire, entonces llamé una ambulancia”, contó el sobrevivie­nte.

Los paramédico­s lo llevaron al hospital de Turrialba y luego de que los médicos lo revisaron, lo devolviero­n para la casa, pero al día siguiente se complicó porque cada vez respiraba con más dificultad, así que tuvo que llamar de nuevo una ambulancia.

Lo internaron. En esa ocasión sí lo dejaron internado en el hospital William Allen, ahí estuvo unos días con mascarilla­s de oxígeno que lo incomodaba­n bastante y, como su condición no mejoraba y desarrolló una neumonía, lo mandaron al hospital México.

Ya en ese momento Beto estaba asustado y llegó a pensar que quizá no volvería a ver a su familia y eso lo mortificab­a.

“Todo se me vino abajo, cuando llegué al México fue peor porque vi casos muy duros, yo no le deseo a nadie que pase lo que yo viví, es horrible estar en un lugar y escuchar que la gente va muriendo, uno piensa que eso le va a pasar a uno.

“Los doctores me decían que si seguía oxigenando así de mal me iban a tener que intubar y eso era lo peor para mí. Lloraba en las noches pensando en mis hijos, pensaba que no iba a superar esa enferme- dad, pero Dios me ayudó a salir adelante”, recordó.

El turrialbeñ­o no tiene claro cuántos días (12) estuvo internado en el México, pero se le hicieron eternos.

“Vi a dos personas morir en una misma noche por el virus, ese día lloré mucho, es muy feo ver a alguien intubado y saber que murió sin poder ver o despedirse de su familia. Recuerdo cuando sacaron los dos cuerpos en bolsas, fue muy duro”, contó.

Regreso a casa. El 4 de junio le dieron la salida y estaba más que feliz. Aunque pasó momentos muy duros mientras estuvo internado, está muy agradecido por la atención que le dieron en los dos hospitales, sobre todo en el México que fue donde estivo más malito.

“Los doctores y enfermeros son algo increíble, ellos luchan para que uno se recupere, y cuando ya uno sale del hospital hasta le aplauden porque se alegran”, aseguró.

El sobrevivie­nte dice que bajó mucho de peso por la enfermedad y todavía tiene problemas para respirar, pero sabe que poco a poco las secuelas de la enfermedad quedarán atrás.

Los vecinos de Beto se han portado puras tejas, ya que cuando estuvo con coronaviru­s y ahora que se está recuperand­o, lo han chineado mucho llevándole gallitos y preguntánd­ole cómo sigue, siempre están pendientes de él.

“Este Día del Padre fue diferente, yo tengo dos hijos de sangre y otros más de crianza y ellos me dicen papá también. El haber compartido con ellos el domingo pasado no tiene precio, eso tiene un valor único.

“No le deseo a nadie que esté en un hospital con esa enfermedad. Le digo a la gente, y sobre todo a los jóvenes, que se cuiden porque muchos creen que es un juego, pero en realidad no, al que lo afecta, lo afecta mucho y también hay que pensar en la familia. Yo sentía una gran preocupaci­ón de si había infectado a alguien, pero hasta la fecha mi familia está bien, gracias a Dios”, dijo el luchador.

Me siento feliz de estar en mi casa y muy agradecido con Dios por sacarme del hospital con vida”.

Beto Vásquez Sobrevivie­nte

12 días estuvo internado Carlos Humberto Vásquez

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Lloraba por las noches pensando en que podía morir sin despedirse.
CORTESÍA BETO VÁSQUEZ BETO VÁSQUEZ El turrialbeñ­o pudo pasar el Día del Padre con sus hijos. Lloraba por las noches pensando en que podía morir sin despedirse.

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