Araya embarreala la cancha
nada en la vida se debe de dar por sentado y menos en política.
La pelea final en las pasadas elecciones presidenciales entre Fabricio y carlos Alvarado fue culpa del matrimonio igualitario, antes de que el tema brotara, el evangélico era invisible.
Para las votaciones de febrero no creí que josé María Figueres pelería su candidatura y menos que la ganaría en la convención del domingo 6 de junio. las facturas que el expresidente debe a los costarricenses son muchas. sin embargo, de primera entrada lo vi salir de esa contienda muy fortalecido, y no vislumbraba quien le podría atravesar el caballo. Ya no estoy tan seguro de ello, y el giro se dio en cuestión de horas. doña lineth saborío, quien había desaparecido del radar político, se apuntó de última hora a la elección del Pusc, la ganó sin despeinarse y la exdirectora del oij se convirtió en una piedra en el zapato para Figueres. casi de seguido, aparece rolando Araya Monge, un espueludo político que revivió en la convención verdiblanca, dándole la espalda al candidato de su agrupación. josé María obtuvo unos 150.000 votos y Araya, el que mejor conectó con el pueblo en los debates, sacó 113.000 votos que no son nada despreciables. recordemos que el voto anti Figueres se diluyó entre Araya, roberto Thompson, carlos ricardo Benavides y alguito que sacó claudio Alpízar. si Figueres no une a la familia verdiblanca, así como no pudo unir a su familia consanguínea, está en serios problemas para volver a Zapote.
Mis disculpas a los destacados politólogos que sí saben de estos asuntos, esta es mi percepción de la campaña hoy.