NINA QUEDÓ DEBIENDO
Las devastadoras inundaciones que se han dado en Alemania ya han cobrado la vida de 165 personas, lo que ha desatado fuertes críticas contra el sistema nacional de alerta ante catástrofes, que no habría avisado lo suficientemente rápido ni de manera eficiente a la población que estaba en peligro. Esto pudo salvar muchas vidas.
La aplicación en el celular llamada “Nina”, fue insuficiente. Nina es usada por la oficina federal alemana de protección civil y ayuda de emergencia, la cual envía información y mensajes en diferentes situaciones de peligro.
“La experiencia que hemos tenido durante esta catástrofe muestra que tenemos que hacer más y más rápido”, admitió.
Entre los principales señalados está la protección civil alemana, acusada de no haber avisado lo suficientemente rápido a la población de zonas vulnerables a inundaciones, ante la gravedad de las crecidas.
Su presidente, Armin Schuster, pidió entonces “la vuelta a las viejas sirenas”, para no dejarlo todo en manos de herramientas digitales, ya que las crecidas provocaron cortes de electricidad masivos y la caída de antenas de telecomunicación, lo que impidió que la gente recibiera las alertas.
En aumento. Alemania sigue conmocionada por el mayor desastre natural en su historia reciente,
El recuento de este lunes dio la terrible cifra de 165 fallecidos y de numerosos desaparecidos.
En la región de Renania-Palatinado, la más afectada por el desastre, el número de muertos es ahora de 117, frente a los 112 contabilizados anteriormente, y hay 749 heridos, dijo Verena Scheuer, portavoz de la policía.
“Todavía no hemos entrado en todas las casas. Suponemos entonces que encontraremos más muertos”, advirtió el ministro regional de Interior, Roger Lewentz.
El domingo, la canciller Angela Merkel visitó el pueblo de Schuld, no lejos de Bonn, donde el río Ahr, transformado en un torrente furioso, destruyó parte del centro histórico.
A partir del miércoles, el gobierno entregará ayudas de emergencia de al menos 300 millones de euros (unos 219 mil millones de colones), antes de elaborar un vasto programa de reconstrucción de varios miles de millones de euros.
Las fuertes crecidas de la noche del 14 al 15 de julio también afectaron a Luxemburgo, Holanda y Bélgica. En este último país, dejaron 31 muertos y 70 siguen desaparecidos.
Tanto expertos como responsables políticos ligaron el desastre al calentamiento global.