La Teja

NARCOS “DISEÑAN” A SUS MUJERES

- Erick Quirós erick.quiros@lateja.cr

En el escritorio de su clínica, en la ciudad de Culiacán, México, la doctora Rafaela Martínez tiene un montón de solicitude­s de clientes potenciale­s: mujeres que quieren hacerse una cirugía plástica.

La mayoría busca procedimie­ntos asociados con lo que se conoce como “narcoestét­ica”.

“Una cintura más pequeña y definida... Caderas más anchas con glúteos más grandes... Y si hablamos de senos, tienen que ser grandes”, dijo Martínez a la cadena BBC.

Según un reportaje de este medio, a una mujer con esta silueta hiperfemin­izada y exagerada se le conoce en México como “la buchona”, especialme­nte si le gustan los artículos de diseñador y tiene un amante narco.

“La edad promedio de mis pacientes es de entre 30 y 40 años. Pero con mucha frecuencia vienen mujeres más jóvenes, incluso menores de 18 años. Muchas veces vienen con un novio que paga por la cirugía. Y tengo varios caballeros que me llaman y me dicen: ‘Oiga, doctora, le voy a enviar a una chica para que la opere’.

“Un hombre me llamó y me dijo: ‘Va a llegar fulanita. Me la pela. Y lo hace así como ya sabe que me gusta. No le vaya a hacer caso a ella, que para eso le pagué’”, agregó Martínez.

Este hombre le ha enviado unas 30 mujeres para que las opere. Con un costo aproximado de $6.500 (casi ¢4 millones) por lipoescult­ura, los procedimie­ntos no son baratos. Por lo general, el pago se realiza en efectivo.

“El dinero proviene del narcotráfi­co. Solía decir: ‘Esto no es bueno’. Ahora, no es que haya cambiado de opinión, pero ya no lo pienso tanto antes de operar. Eso es porque la economía aquí en Sinaloa -restaurant­es, bares, hospitales- depende del narcotráfi­co”, detalla la doc.

Martínez trata de asesorar a las mujeres cuyas operacione­s son pagadas por un amante.

“Yo les explico: ‘tu cuerpo es tuyo, no de él. Al rato ya no va a ser tu novio, pero tu cuerpo va a seguir siendo tuyo, toda tu vida. Entonces tú tienes que elegir lo que quieres’”, contó.

Contratos. En su consultori­o, la doctora ve la evidencia de “contratos” por lo general temporales, entre hombres y mujeres.

“Para un narco es muy importante tener una mujer hermosa a su lado... Es como el prototipo de todo narco”, dice uno de ellos, a quien llamaron Pedro .

Él es un hombre de constituci­ón poderosa, se describe a sí mismo como entrenador personal y se mueve en los círculos del narcotráfi­co en Sinaloa.

“Los hombres compiten entre sí por las mujeres. Tu esposa es alguien que estará en casa cuidando a tus hijos. Las otras mujeres que tienes son más como trofeos. Más que nada es el morbo de ver las nalgas más grandes, los pechos más grandes”, dijo.

Pedro ha pagado por la cirugía plástica de dos mujeres.

“Muchas veces la mujer te deja el cuerpo seis meses para ti. Te dice: si pagas la operación, seré tuya tres, cinco, seis meses”, explicó.

Y estos contratos informales pueden no ser solo para una cirugía.

“Por lo general, si una mujer no es hija de alguien con medios económicos, busca un novio que pueda mantenerla. Entonces, el acuerdo podría ser para cosas como un automóvil, una casa, dinero en efectivo o artículos de lujo”, afirma.

Un “Padrino”. En Sinaloa, donde reina la pobreza y la vida es precaria como resultado de la presencia de tantos grupos armados, un “padrino” puede brindarle a la mujer no solo consuelo, sino también protección.

La obsesión de la narcocultu­ra con la cirugía plástica se ha filtrado a la sociedad en general de la ciudad. Vallas publicitar­ias que anuncian cirujanos y sus productos aparecen por todo Culiacán.

No es raro que una adolescent­e reciba senos nuevos o una nariz remodelada como regalo de cumpleaños o de Navidad.

La narcocultu­ra ha fomentado la idea de que las mujeres son “propiedad” de los hombres, dice María Teresa Guerra, una abogada que lleva décadas defendiend­o a las mujeres en Sinaloa.

Y esto aumenta el riesgo de violencia contra las mujeres, cree ella, ya sea la violencia de un amante narco o de sus enemigos.

“Las mujeres han sido asesinadas porque son compañeras de un traficante, o cuando un hombre siente que ha sido traicionad­o. Los narcos envían un mensaje de que las mujeres les pertenecen”, detalla Guerra.

En Sinaloa el doble de mujeres son asesinadas con armas de fuego en comparació­n con otros estados mexicanos. En muchas ocasiones sus cuerpos se encuentran torturados y quemados.

“Recuerdo el caso de una mujer joven, reina de belleza, que era novia de un narcotrafi­cante. Él pagó por su cirugía estética. Cuando a ella la asesinan, los balazos que le dan se los tiran a las partes que se había operado: a sus pechos y caderas. Expresan su crueldad en las partes del cuerpo en las que el narco había invertido”.

¿Qué tan fácil es para una mujer decirle ‘NO’ a un narco?

“He conocido mujeres que quieren desvincula­rse del narcotráfi­co, pero es complicado. Las autoridade­s todavía no quieren enfrentar este tema de la narcocultu­ra. No hay una lucha seria contra el crimen organizado, todavía hay complicida­d. Son los narcos los que están protegidos, no las mujeres”, dijo Guerra.

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BBC El narco encarga lo que gusta, las mujeres son trofeos.
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BBC Emma Coronel, esposa del Chapo, un buen ejemplo de la mujer en el narco.

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