Buenos Aires para celebrar
Esperemos que cuando la diputada y ahora candidata presidencial del PAC, Carolina Hidalgo, abra el histórico bar Buenos Aires, que acaba de comprar, le llegue más gente de la que asisitió a la convención de su partido este domingo, porque sino rapidito lo tendrá que cerrar.
Los rojiamarillos eligieron este domingo a su próximo candidato presidencial que buscará el tercer mandado consecutivo del PAC.
Carolina, al cierre de edición, ganaba por la mínima con 3.877 votos (51,9%), Welmer Ramos tuvo 3.315 (43,6%) y por Hernán Solano apenas votaron 294 (3,9%) personas. Jala más una cocina de leña que el exministro de Deportes.
Eso sí, la convención estuvo más fría que una madrugada en el volcán Irazú, las 371 mesas de votación que abrieron estaban peladititicas, la salvada fue que el conteo de votos lo hicieron rapídisimo, porque según cifras que dio anoche el partido votaron unas 15 personas.
Según supo La Teja, la diputada adquirió el bar ubicado al costado norte de la iglesia Santa Teresita, en barrio Escalante, aunque ella nos aclaró que todavía no está a su nombre, pero está en proceso de adquirirlo por lo que aún no es oficialmente la propietaria.
Pero, ¿qué motivó su interés por el inmueble?
“Tengo mucha admiración por los edificios antiguos. Me gusta el tema de la recuperación de las ciudades, la historia y el Buenos Aires es un edificio de 115 años, histórico, que en casi todos los libros relevantes de San José está mencionado.
“Fue una posada muy importante en la época del ferrocarril, un estanco y me gustaría en algún momento dedicarme a poder restaurar ese tipo de edificios y colaborar con el embellecimiento de las ciudades”, explicó la abogada de 38 años.
Aunque el bar Buenos Aires tiene cerca de diez años de haber cerrado, espera retomar su historia y abrir una cafetería y también mantener el concepto original del bar, pero para ello necesita moverse con los permisos y patentes que aún no ha empezado a tramitar por el mismo proceso legal.
Entre artistas y tangos. Si usted no tuvo la dicha de conocer el bar Buenos Aires, le contamos su historia de boca de un experto en el tema y que además era uno de sus clientes, Mario Zaldívar, investigador de las cantinas más emblemáticas del Chepe.
El bar se fundó en 1905 y por mucho tiempo se ligó su historia a uno de los guitarristas del grupo Buenos Aires que se llamaba Ismael Murillo Montes de Oca, mismos apellidos de la calle que pasa al costado sur de
la propiedad, por lo que se decía que había recibido ese nombre por el bar, pero no tenía relación.
“El esplendor del bar se dio de los años 50 en adelante, hasta su cierre hace poco más de diez años y su apogeo fue cuando estuvo bajo la administración de Raúl Méndez, conocido como Cheo, que motivó la visita de muchos artistas nacionales.
El pintor Francisco Amiguetti, y los cantantes Rafa Pérez, Ray Tico y Johnny Dixon, fueron parte de los artistas que llegaban a echarse un tamarindazo y amenizar el ambiente.
“Era la cantina típica de Costa Rica donde se armaba la pelota, los más allegados al administrador tomaban dentro del mostrador, al punto de que el mismo cliente llegaba y anotaba su cuenta en el control de consumo”, recordó Zaldívar.
La barra era en escuadra y hasta había clientes con su campo fijo, incluso hasta tenía su propia leyenda, ya que había una esquina donde el que se sentaba, se dice, que al poco tiempo moría, por lo que los clientes frecuentes la evitaban.
Había una habitación al fondo para actividades especiales. Tenía entrada por la esquina, otra por el sector oeste y otra por el norte y la música predominante eran los boleros y el tango.
Otros optaban por el “Cheo-matic” en alusión al apodo del dueño y que era un sistema de crédito, los clientes pagaban hasta que caía la quincena, en dos platos, les daba fiado.
Los viernes eran un llenazo de poetas y tangueros, al grado que aún se seguían reuniendo varios de ellos para Navidad y otras fechas.
“Ojalá Carolina pueda actualizar eso y recuperar el bar porque es de los emblemáticos de San José, incluso que habilite la planta alta que nunca se usó, como bar, sino de apartamentos y bodega”, contó el investigador.
Zaldívar agregó que la estantería del bar estaba llena de licores antiguos, lo que era parte de su identidad junto a todo el diseño anterior.