Semen, el líquido de la fertilidad (I)
el semen es el líquido que sale a través del pene cuando el hombre alcanza el orgasmo y sucede la eyaculación, esta palabra proviene del latín “seminis” que significa semilla, nombre que describe por sí mismo su función. en un hombre sano las características físicas son bien conocidas, es de un color blanco nacarado, tiene un característico olor a cloro y su consistencia es inicialmente gelatinosa y se vuelve líquida a los treinta minutos de haber sido expulsado. No debe acompañarse de sangre ni pus.
Coloquialmente, este fluido es llamado leche. de manera cariñosa y en la intimidad erótica, se utiliza el diminutivo “lechita”. estos nombres hacen referencia inmediata a esas particularidades físicas, su tonalidad blanca o nacarada, su temperatura tibia y su salida a propulsión. el semen contiene millones de espermatozoides que son la semilla del varón, lo que explica su enorme capacidad de embarazar. Por eso es útil recordar que, desde el mismo momento en que sucede la erección, los espermatozoides ya se encuentran en la punta del pene (en el glande). Basta entonces con solo la penetración para que la posibilidad de un embarazo esté presente, aún cuando el varón no haya eyaculado dentro de la vagina. los espermatozoides, aunque son semillas, tienen movimiento. esto aclara el por qué muchas mujeres quedan embarazadas con penetraciones incompletas o sin penetración, cuando el hombre simplemente “regó” su semen en los labios vaginales o en el vello púbico.
Hoy, que está tan en boga el sexo oral, es cardinal destacar que el semen es una sustancia muy noble para el organismo: en caso de ser tragado, no daña la cavidad bucal, el estómago ni los intestinos. tampoco hay posibilidad de embarazo si se traga, pues el tubo digestivo no se comunica con los órganos sexuales donde ocurre el embarazo.