Dulzura de récord Guinness
Al chef Óscar Castro le pusieron un reto, eso sí muy dulce y sabroso, con el cual espera romper un récord Guinness.
Él y su equipo de la escuela O’Sullivan Culinary prepararon este lunes la galleta Oreo que podría llegar a ser catalogada como la más grande y pesada del mundo, de 83,46 kilogramos.
Para lograrlo se llevaron más de 13 horas en elaborarla, mientras eran supervisados, vía Zoom desde Miami, Estados Unidos, por un juez de los Guinness World Records.
Actualmente, el récord es de 73 kilogramos producida por el personal de Mondel z Bahrain Biscuits W.L.L. para anunciar la adquisición y apertura de una nueva fábrica en mayo del 2018 en Baréin, en Oriente Medio.
Toda la preparación para crear la gigantesca galleta les llevó a los ticos más de 22 días, pues la logística fue bastante complicada, así como la mezcla de los ingredientes.
Óscar explicó que la iniciativa fue de la empresa Oreo, quienes lo habían contratado para hacer su campaña latinoamericana “Con más alegría y más sabor con Oreo” en el país, que consistía en hacer recetas con la galleta y la gente que participaba ganaba premios.
“La gente de Guinness nos pidió que tenía que hacer una galleta de cero, no podíamos usar galleta Oreo molida, que originalmente era el plan, entonces, me tocó investigar bastante y desarrollar una galleta de chocolate oscura, con chocolate derretido, con cacao en polvo amargo, azúcar, huevos, mantequilla y hacer en el tamaño de un molde de nueve pulgadas para una primera versión”, contó.
Según contó, la misma marca de la galleta le envió escritos todos los ingredientes que originalmente ellos usan y que lo más complicado fue definir cuánta cantidad de cada uno debían ir mezclando para que la galletota supiera igual.
“La cocina es matemática pura. Cuando ya vas multiplicando el tamaño puede que se ocupen menos huevos, menos mantequilla o menos azúcar, porque tal vez la primera receta salió perfecta así, pero al hacerla más grande no se ocupa tanta humedad, entonces, en eso también hay que tener conocimiento para poder calcularlo bien”, explicó.
Todo bien documentado. Si preparar una galletota cuesta, ahora imagínese hornerla, para lograrlo le tocó alquilar un horno gigantesco de pizza, mandar hacer dos moldes grandes y como la mezcla era tan pesada se tuvo que batir por partes.
Con la crema blanca si no hubo problema, pues la empresa, quien patrocinó todo, les envió la mezcla original.
El chef Óscar explicó que al juez de los Guinness también le enviaron fotos, videos y escritos para documentar todo el proceso.
“En el laboratorio estaba una persona que hace regulación de calidad, otra que hace una evaluación de inocuidad alimentaria, que evalúa el orden, el aseo, la presentación personal, la manipulación en general de todos los participantes”, contó Castro.
En la fabricación de esta galletota trabajaron 21 chefs, que se dividieron en dos equipos, por la cantidad de horas y para evitar aglomeraciones en la cocina.
“Ellos (Guinnes) hacen una evaluación con la lista de ingredientes que enviamos (para comprobar que sabe igual)”, detalló Castro.
A la dulce espera. El jueves 23 de setiembre sabrán si rompieron el récord.
Al final la galleta se partió en 30 porciones grandes para que cada uno de los participantes compartiera un pedazote con la familia.