Campeón de puro metal
Eran las 5:50 p.m. cuando Sherman Guity aterrizó en su patria, la misma que la semana pasada se llenó el pecho de orgullo al verlo ganar dos medallas de los Juegos Paralímpicos Tokio 2020.
La primera en entrar al aeropuerto Juan Santamaría por el salón de diplomáticos fue su madre, Ana Guity, quien iba que se moría de ganas de ver a su hijo luego de casi un mes lejos.
Allí adentro fue el encuentro, el anhelado abrazo que es como si se lo hubiera dado todo un país que celebra sus logros por lo alto.
Mediante las cámaras del Comité Olímpico Nacional podíamos seguir al hombre hasta que salió de la terminal aérea por uno de los portones en un pick up, a eso de las 7 p.m.
Los medios en el lugar se apelotaban tratando de conseguir una reacción del campeón paralímpico de los 200 metros lisos T-64. No era para menos, desde Claudia Poll es el resultado deportivo más importante en Costa Rica.
Cuando el chuzo llegó al portón, paró un momento para que el atleta dijera unas palabras y mostrara sus medallas. La mascarilla no permitía ver su sonrisa, pero sus ojos y su voz no podían ocultar su felicidad.
“Gracias, muchas gracias a todos, estoy muy feliz de ver este recibimiento y tanto apoyo que me han dado. Por el seguimiento, la vibra se siente desde acá. Estas medallas son para Costa Rica y para mí. Fue un duro proceso, es algo que también es para mi familia”, expresó a su salida del aeropuerto.
“La vibra se siente desde allá, sabía que tenía el respaldo de todos, su cariño, ese era mi motor. Tenemos acá un gran logro para disfrutar”, dijo emocionado.
Sherman hasta tiró un filazo al decir que lamentó que los Juegos Paralímpicos no se transmitieran en Tiquicia como sí lo hicieron con los Olímpicos.
Agradecimiento. Ya subido en el chuzo que lo llevaba al hotel Cariari, en Belén, la caravana se fue para ese cantón por la vía trasera del aeropuerto, saliendo por Ojo de Agua, La Ribera y San Antonio de Belén .
Desde que el carro salió de la Liga en algunas partes del trayecto se podía ver grupos de familias y personas solas que saludaban a Sherman al pie del camino, tal como el CON pidió a la gente hacerlo.
“Vamos, Sherman, felicidades, ¡vamos!”, gritaban algunos niños al lado de la calle, felices de ver al que muchos consideran un héroe nacional. Los pitos de los carros tampoco faltaron en el recorrido.
En el centro del cantón belemita, por la estación del tren, pararon un momento para saludar a un buen grupo de personas que estaban esperándolo y lo saludaban con gran emoción.
Adelante iba un camión con una pantalla en la cual se veía la carrera en la que despedazó los récords paralímpicos.
Luego de Belén y la conferencia de prensa, el morenazo se marchó a la sede del CON en Coronado donde terminó el gran agasajo para nuestro nuevo héroe nacional.
Este viernes le tocará a Limón, su provincia natal, darle cariño, demostrarle lo orgullosos que están de él, al fin y al cabo hay Sherman para todos. ▲