¿Vacunarse o no vacunarse?

Recientemente se ha divulgado una noticia que ha causado consternación y preocupación: decenas de personas que tratan con público no quieren vacunarse.

Les escribe alguien que ha estado en la trinchera de los cubículos hospitalarios teniendo contacto con los hermanos enfermos de covid-19, como hay muchísimos otros capellanes, doctores, enfermeros, asistentes y técnicos que también lo hacen a diario. Así que en esta columna no se va a inventar nada.

Los efectos de la pandemia son peores que los de cualquier vacuna. el virus no pregunta si usted quiere infectarse o no. la vacuna es libre: la toma o la deja. Hay que estar a la par de un enfermo con covid-19 para darse cuenta de que sí existe, que no es invento.

Encontré un joven doctor que nunca se vacunó, se burlaba en la cara de los enfermeros, asistentes y colegas por lo que hacían con él y los enfermos de covid-19. no quiero decir su nombre. Se contagió mortalmente. me tocó verlo perder un pulmón y quedar como un vegetal, literalmente hablando, dependiendo del ecmo o ventilador mecánico.

Vacunarse es un derecho y un deber. es un derecho a la vida, a la salud y a la felicidad. cuando la salud pública es urgente e imperativa, hay obligación moral de cumplir con aquella regla: “el bien individual está por debajo del bien colectivo”. es un deber porque es parte del señorío que el creador nos legó, como dice génesis. este señorío implica proteger la vida humana, tal y como Jesús dijo: “He venido para que tengan vida y vida en abundancia” (Juan 10:10).

No vacunarse es pecado de omisión (incumplir la obligación), es ir en contra del bien común. Qué importante es no solo ver a nuestros clientes como los que nos van a proveer entradas económicas al fin de la quincena o del mes, sino como seres humanos a quienes debemos proteger.

Detrás de cada una de ellas está nuestra bandera tricolor y el hermoso escudo nacional. en otras palabras, está costa rica.