CHEPITO Y LAS FIESTAS

Las víctimas mortales del covid-19 son oficialmente 5 millones, pero hay expertos que dicen que podrían ser tres veces más, es decir, 15 millones.

Hay gobiernos, como el de nicaragua, que nunca han tomado en serio la pandemia y dan cifras que, todos lo sabemos, no son reales. Pasa en otros sitios, sobre todo en naciones muy pobres con sistemas de salud inexistentes o incapaces de llevar el control.

Mientras la pandemia sigue, ocurren hechos que cuesta entender, como las fiestas clandestinas, por ejemplo. En menos de una semana, en costa rica pasamos de saber de una en la cual estudiantes de medicina dijeron ser médicos de la ccss mientras no dejaban dormir a un barrio de santa Ana a otra, en cartago, con balacera y un muerto y una más con varios heridos en Limón.

Aún sorprende que haya personas que a estas alturas se expongan a un contagio de covid-19. Desde el inicio de esta pesadilla, en los comienzos del 2020, hemos topado con gente que se resiste a todo: al uso de las mascarillas, a la restricción sanitaria, al distanciamiento, a la vacuna... Incomprensible. es deplorable que jóvenes que estudian medicina y que un día harán el juramento hipocrático, o sea, que se comprometerán a hacer cuanto esté en sus manos para salvar vidas, se expongan en una fiesta clandestina que podría llevarlos a contagiar a las personas con las que luego interactuarán en los hospitales donde hacen su práctica. Quizás sería mejor que cambien de carrera, porque si por la víspera se saca el día, sus pacientes futuros estarán en riesgo. La pandemia no ha terminado. Las pachangas ponen en peligro a quienes asisten a ellas. La protección debe seguir, ya habrá tiempo después para celebrar.