La Teja

DOS MADRES EJEMPLARES

- Adrían Galeano Calvo adrian.galeano@lateja.cr

Lizet Sandí, de 51 años, vivía una de las etapas más felices de su vida gracias a la llegada de su primer nietito.

“Estaba muy contenta por haberse convertido en abuela, ese chiquito era el amor de su vida”, dijo su hermana Sonia Sandí.

Lamentable­mente “Tita”, como le decían sus seres queridos, solo disfrutó al bebito siete meses. La noche de este lunes 11 de octubre perdió la vida de forma trágica cuando la ambulancia en la que viajaba se salió de la carretera y volcó.

Tenía 30 años de trabajar como asistente de pacientes en el hospital de San Vito (zona sur) y fue una de las dos víctimas mortales del accidente ocurrido a las 6:50 p.m. en El Empalme, en San Isidro de El Guarco, Cartago. También perdió la vida Lilliam Montoya, de 53 años y quien durante 12 años trabajó como enfermera en el mismo centro médico.

Cuando el accidente ocurrió las dos iban en la parte trasera de una ambulancia privada junto a una paciente de 74 años contagiada de covid-19 y a quien llevaban al CEACO, en La Uruca.

El chofer de la ambulancia, de apellido Ortiz, perdió el control en una curva y esto causó el vuelco.

Sandí y Solano murieron en el lugar y el chofer, la paciente y una doctora apellidada Gurdián (que iba en el asiento del acompañant­e) fueron llevados al hospital Max Peralta, en Cartago.

“La doctora fue egresada (el propio lunes), la paciente fue traslada al hospital Rafael Ángel Calderón Guardia y el conductor se mantiene hospitaliz­ado estable en el centro médico de Cartago”, informó el hospital de Cartago.

Apasionada. Doña Sonia contó que Lizet se caracteriz­ó por la pasión que sentía por ayudar a los demás. Estar en el hospital era para ella mucho más que un trabajo.

“Siempre fue entregada a su trabajo en cuerpo y alma, adoraba ese trabajo. Decía que cuando se iba para el hospital dejaba todas sus cargas en la casa y trabajaba tranquila.

“Hace poco me dijo que ya casi se pensionaba, pero que no sabía qué iba a hacer, que le iba a hacer falta el trabajo. Ella salía a vacaciones y pasaba deseando que se le acabaran los días para reincorpor­arse al trabajo”, contó.

Además la describió como madre y abuela ejemplar, siempre estaba pendiente de toda su familia.

Dice Sonia que, afortunada­mente, su hermana tuvo la dicha de festejar hace poco el cumpleaños de su hijo.

“Su hijo cumplió 23 años el sábado pasado y ella estaba tan contenta. Me contó que le compró un quequito y le pagó a hacer un picadillit­o y que él estaba muy contento porque ahora tiene un bebé, entonces ella pudo compartir con la nuera, con mi sobrino y con el bebé”.

Muy valiente. La hermana de la asistente contó que era frecuente que Lizet viajara en una ambulancia para acompañar a un paciente con covid-19 hasta el CEACO.

“La semana pasada como tres o cuatros veces tuvo que hacer traslados, siempre que salía a eso me mandaba un mensaje: ‘Sonia, voy para un traslado con un paciente de covid’, porque ella sabía cómo me ponía yo. Igual le daba la bendición y luego la llamaba para preguntarl­e si ya había llegado”.

Sonia recibió el último mensaje de su hermana a las 3:45 de la tarde de este lunes, pocos minutos antes de que la ambulancia saliera del hospital de San Vito.

“Una nuera me llamó para decirme lo del accidente y me acordé que Tita andaba en un traslado. Luego una enfermera de Golfito me llamó y me dijo que le dolía mucho decirme que mi hermana fue una de las dos fallecidas”.

Pese al dolor, Sonia se siente orgullosa de su hermana y de todo lo que hizo, por eso siempre la recordará con un gran amor.

Una luchadora. Lilliam Montoya también es recordada como una mujer de gran corazón y con un don para cuidar y atender a los demás.

Así lo contó Ana Yancy Fallas, esposa de un primo de la señora y que la conocía desde hace más de 15 años.

“Ella siempre fue una luchadora, su sueño siempre fue ser enfermera, recuerdo que trabajó en un montón de cosas para poder pagarse la carrera”.

La describió como una mujer que amaba intensamen­te la vida y a la que muy pocas veces se veía triste o enojada.

“Ella amaba sobre todas las cosas a la mamá y a su hijo, siempre la veía uno con la mamá para arriba y para abajo, era inseparabl­e, y del hijo ni te digo, ella vivía enamorada de él”.

Ana Yancy Fallas dijo que para ella y para toda la familia fue un golpe durísimo enterarse de cómo murió Lilliam.

“Cuando dijeron que los fallecidos eran del Hospital de San Vito, pensé en llamar a Lilliam, pero no lo hice porque no pensé que fuera ella, luego nos enteramos de la verdad, fue algo terrible”.

Ella trabajó todos estos años por su hijo, siempre fue el timón de su vida”.

Sonia Sandí, Hermana de Lizet

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CORTESÍA SAN VITO TELEVISIÓN Doña Lizet Sandí amaba trabajar en el hospital.
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CORTESÍA SAN VITO TELEVISIÓN El hospital de San Vito homenajeó a las funcionari­as.
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CORTESÍA SAN VITO TELEVISIÓN. Lilliam Montoya tenía 12 años de ser enfermera.

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