Tío Sam nos lleva a su verdadera casa
Columbus, Ohio, es posiblemente el destino más futbolero, sin sabor latino, que el técnico de la selección de los Estados Unidos, Gregg Berhalter, encontró para llevar a los ticos.
Los Ángeles, New York, New Jersey, incluso Texas, son ciudades en las que el seleccionado de las barras y las estrellas aunque esté jugando en su país podría sentirse de visitante contra rivales como México, El Salvador y hasta Costa Rica.
Javier Alvarado, un costarricense que hace diez años jaló a Estados, será uno de los pocos ticos que estará hoy en el estadio Lower Field viendo a la Tricolor y nos profundizó porque llevaron a la Sele a esa ciudad.
“Por la idiosincrasia de los norteamericanos el fútbol no sigue siendo un deporte tan predominante, pero los que gustan de él sí están muy entusiasmados. El coach (técnico) de los Estados Unidos va a venir a jugar a Columbus por una razón muy obvia, porque sabe que aquí hay mucha afición futbolera.
“Estamos hablando de gente que entiende el deporte, que lo sigue, que es muy apasionada y él quiere sentir eso, que el estadio los apoye, que cuentan con afición a favor, que la gente se meta en ese juego para motivar a sus jugadores, es un reconocimiento a una ciudad muy futbolera como Columbus”, insistió.
Columbus y el Lowe Field es la casa del Columbus Crew, club donde juegan los ticos Luis Díaz y Waylon Francis, que el año pasado se proclamó campeón de la MLS Cup 2020 y hace una semana le ganó a Cruz Azul la “Campeones Cup”, que enfrenta clubes de la Liga MX y la MLS.
“Columbus es una ciudad que disfruta mucho del fútbol, tradicionalmente los Estados Unidos si quiere llenar estadios se va
a Texas o California, pero Gregg ha pensando que eso es casi que jugar de visitante y por eso tomó este tipo de decisiones”, explicó Alvarado.
El tico actualmente vive en Cleveland, otra importante ciudad de Ohio, trabaja en un hospital encargado de la sección de servicios generales, que debe velar por la limpieza y desinfección de todo, trabajo que se volvió aún más importante e intenso por la pandemia.
“Fue muy duro, el año pasado desgraciadamente vi mucha gente morir en las UCI, pero todo ha ido pasando gracias a Dios, ahora con la variante Delta volvió a llegar más gente al hospital, pero no con tanto riesgo de morir, fue una cuestión muy fea”.
Sin restricciones. Javier detalló que para ir al estadio prácticamente ya no hay restricciones, el estadio estará lleno, las 20 mil personas que le caben estarán allí sin necesidad de tapabocas y hasta tomando birra, debido a la vacunación.
“Ya está todo cien por ciento abierto, los tapabocas en el estado de Ohio ahora son opcionales, el dueño del establecimiento decide si quiere que la gente lo use o no. El 99% de los locales solo recomienda usarlo, pero no lo exigen. Al estadio vamos de manera normal en todos los deportes”, describió.
Alvarado destacó que uno de los atractivos del partido es tener a Keylor Navas, pues una afición futbolera como la de Columbus sabe muy bien quién es el arquero del PSG francés, a quien reconocen como una figura mundial.
Dudas. Javier y otros tres ticos conducirán durante dos horas y media para llegar al estuche y ver a la Sele, aunque no le tienen mucha fe por el momento que vive, no quisieron perderse la oportunidad de ir a verla, pues es poco usual que visite esas ciudades.
En diez años que tiene de vivir en Estados Unidos, esta sería la cuarta vez que ve a la Tricolor en suelo gringo, las anteriores fueron en Texas, ciudad donde vivió antes.
“Siento, muy honestamente, que Estados Unidos tiene un equipo superior y en mejor momento, es un equipo con muchísimo talento y una muy buena generación de jugadores que son atletas y también son muy técnicos, muy tácticos, es divertido verlos jugar.
Javier está casado desde el año pasado con Hannah Dubyoski, a quien conoció en Cleveland y es una fiebre de todo lo que tiene que ver con Costa Rica, tanto así que hasta chema de la Sele tiene.