Toros más tranquilos
Un doblete del panameño Jorman Aguilar significó oxígeno para San Carlos que, con sus goles, derrotó 3-1 a Sporting para alejarse del sótano al llegar a 21 puntos.
Los norteños se treparon al octavo puesto y poco a poco van saliendo de la situación incómoda que hace rato los agobia.
Ante la ausencia de Álvaro Saborío por una lesión en el abductor derecho (parte interior del muslo), el canalero dio el paso y fue el gran referente ofensivo para un equipo que consiguió una victoria vital.
Jorman apareció por todo lado este miércoles, fue por mucho la figura del encuentro más allá de los goles, apoyando atrás, en la media, sosteniendo balones arriba, sin duda, aprovechó la oportunidad ante la ausencia del capi norteño.
Eso sí, las cosas no fueron fáciles para los toros, dado que tuvieron que nadar contrarriente porque arrancaron perdiendo apenas a los 19 minutos con el tanto de Álvaro Sánchez para los josefinos.
El veterano volante se jaló un pepinazo luego de un centro de Harry Rojas, el hombre no dio ni chance que la pecosa picara y le dio de seguido de volea para mandarla a guardar con un lindo zurdazo.
Ese gol ponía a los paveños con 27 puntos momentámente, empatando a Saprissa y Santos, lo que lo metía de lleno en la pelea por la clasificación.
Lamentablemente para ellos, el cuadro de José Giacone se fue desinflando poco a poco en el partido, como le ha pasado en el torneo y San Carlos igualó al 42’ luego de que Randy Chirino se la pusiera apenas para matar a Aguilar e irse a las camerinos con la igualada.
Cornada letal. En el segundo tiempo no duró nada el local para darle la vuelta al marcador, ahora con un riendazo que el pana pegó de zurda desde fuera de área para ponerla al ángulo. ¡Qué golazo!
Sporting pulseó la igualada, Hernán Fener estuvo cerca a los 69’ con un remate en el área que el meta venezolano José Contreras tapó de gran manera.
La ilusión de la visita murió a los 88’ cuando Fabrizio Ramírez, que tenía apenas cuatro minutos en la cancha, puso el 3-1 con un toquecito sobre el portero Alexánder Lezcano. Fue la cornada para un Sporting que se desinfla cada día más.