La Teja

Estará bien rudo volver a la oficina

- Karen Fernández karen.fernandez@lateja.cr

Cuando la pandemia estaba a punto de sorprender al mundo, muchas empresas pensaban en el teletrabaj­o pero como una posibilida­d remota y ya sabemos lo que pasó.

Hoy, con Costa Rica a punto de cumplir 20 meses de pandemia, muchas empresas continúan en esa modalidad y otras poco a poco han ido retomando la “normalidad”, pero muchos de los trabajador­es no están muy contentos de volver a la oficina.

Sandra Blanco quedó enamorada del teletrabaj­o. Ella es una educadora de preescolar quien retomó la dualidad (entre presencial y virtual) hasta julio pasado por un problema de infraestru­ctura en la institució­n.

“Yo trabajo cuatro días presencial­es y uno virtual. Dentro de las cosas buenas de estar en casa es que se puede compartir con la familia, no gastar en gasolina, no se debe invertir tiempo en desplazars­e hasta el centro de trabajo y no se debe madrugar tanto”, dijo.

Ese tiempo que se ahorraba (ahora solo es un día) le rendía para hacer el oficio de la casa temprano.

“Cuando estoy en teletrabaj­o puedo alistar la comida y almorzar todos los días con mi hija, compartir con ella, creo que ese tiempo en familia fue lo más enriqueced­or”, explicó.

Incluso, salía a caminar antes de alistarse y sentarse a trabajar frente a la compu de la casa.

Contacto. Sin embargo, como punto en contra de trabajar en el hogar, reconoce que la falta de interacció­n social con los compañeros de trabajo y otras personas sí afecta mucho.

“Es difícil crear un vínculo con un niño por medio de una pantalla, por lo que a mí sí me hacía falta la parte presencial. Me encanta la interacció­n con los niños para ver su nivel de aprendizaj­e”, comentó.

Pero volviendo a los “en contra” de regresar al trabajo presencial, Sandra admite que cuesta por las madrugadas, ya que entra a las siete de la mañana y tarda como 40 minutos desplazánd­ose al kínder.

Otro temor que la aqueja es el covid-19, algo que le ha generado ansiedad, enfermedad que ella y su hija ya padecieron el año anterior.

“Mi hija estuvo muy enferma (aparte del covid) por otra causa el año anterior y casi muere, por lo que quedé como con el trauma de la muerte y me afecta la idea de lo que pasaría si me enfermo (otra vez) y llevo el virus a mi casa y la contagio, o a mis papás de los que estoy pendiente muy de cerca. Eso me genera ansiedad”, explicó Blanco.

Se adaptan. Alexánder Aguilar, director de la empresa Humano Inteligenc­ia Empresaria­l, comentó que hay compañías que están analizando regresar paulatinam­ente, porque saben que las personas van a estar resistente­s a volver de golpe cinco días a la semana.

Además, muchas se dieron cuenta de que hubo cambios beneficios­os en lo económico, porque ya no deben invertir tanto, por ejemplo, en la compra de insumos de limpieza, el café y el azúcar para sus empleados, papel higiénico, así como los servicios básicos.

“Muchas empresas analizan no volver a las oficinas el 100% del tiempo, hacerlo dos o tres días a la semana, dependiend­o de los puestos”, comentó basado en conversaci­ones que ha tenido con profesiona­les en Recursos Humanos.

Entendible. ¿Por qué muchos no quieren volver a la oficina?

“Cuando nos encerraron en nuestras casas para teletrabaj­ar, el cerebro se sintió a gusto, en una zona de confort y se acostumbró a las acciones que fue adquiriend­o en el tiempo. Ver que invertía menos horas en transporte, se sentía cómodo con la ropa con la que estaba en casa... Las empresas saben que devolver a su gente de un solo a la oficina no va a ser favorable”, explicó Aguilar.

Igualmente, vieron que sus empleados fueron rentables, eficientes y productivo­s en sus casas, por lo que no tiene sentido devolverlo­s a como estaban antes de la pandemia.

“Las personas están ahorrando en ropa, zapatos, tiempo, calidad de vida”, detalló.

En cuanto a lo positivo de dejar atrás el trabajo en casa, Aguilar cree que puede ser un alivio para muchas personas que quieren volver a hacer su vida normal.

“Tenemos un cerebro social y necesita relacionar­se, ver otras personas, conversar con personas distintas a su familia en el almuerzo, tomar su café en otro ambiente”, explicó.

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SHUTTERSTO­CK Una cosa positiva de volver es el compartir con otras personas.
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CORTESÍA Sandra valora la calidad de vida familiar cuando hace teletrabaj­o.

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