¿Aburre el matrimonio?
son muchos los que vociferan a los cuatro vientos que el vínculo marital es anticuado, que las personas se aburren de estar siempre con la misma pareja, que el amor se va y que la atracción por otras personas se impone con el tiempo. dicen eso respaldados en las estadísticas que mencionan una alta frecuencia de separaciones y divorcios. sin embargo, la experiencia clínica nos señala que muchas parejas logran un convivio vitalizado, armónico y duradero al punto que se sienten afortunados por la relación que tienen. recordemos que la gente se casa con la idea de que va a vivir mejor, porque va a estar mejor con la persona que quiere y por eso la decisión de casarse debe ir precedida de varios cuestionamientos entre ellos, si realmente se quiere a esa persona, si le gustaría pasar una vida juntos y si en verdad se quiere hacer un proyecto de vida compartido. desdichadamente muchos optan por la vida en común por motivos banales, sea un interés económico, social, familiar, y aunque sorprenda hasta por motivos sexuales, que por sí mismos no suelen ser suficientes para lograr una vida marital vitalizada y es común que en cuestión de unos años aflore el desencanto. los buenos vínculos mejoran con el tiempo. “se ponen cada vez mejor”. los malos vínculos empeoran día a día y son un verdadero infierno. Vivir con alguien que te entiende, que te quiere, que te conoce y te consiente y a quien correspondes en los mismos términos es una bendición, eso sí no está al alcance de todos. inmaduros, peleoneros, intransigentes, malcriados, impulsivos, egoístas, groseros, irresponsables, avaros y mezquinos, entre otros, suelen tener vínculos efímeros de finales caóticos.
Y aún cuando en el matrimonio se pueden enfrentar crisis y problemas, los buenos vínculos suelen salir fortalecidos, los malos vínculos debilitados. como bien dicen los poetas, lo difícil es “vivir amando” en una sociedad donde se “vive peleando”.