Jornada mundial de los pobres
lo que parecía una situación de unos pocos días o meses, se ha extendido y ha tocado todas nuestras vidas, que en perspectiva creyente caminan, a través de los acontecimientos de la historia hasta la consumación del proyecto de Jesús, con el reinado de Dios. en este caminar volvemos a encontrarnos en nuestra iglesia de la Arquidiócesis de San José con la celebración anual de la Semana del buen Samaritano y la v Jornada mundial de los Pobres. La Jornada se celebra el Domingo XXIII del Tiempo ordinario, que será este 14 de noviembre.
Sirva este momento para que en las comunidades parroquiales involucren a todos los miembros de la parroquia, a la que los obispos latinoamericanos en la ya lejana Conferencia general del episcopado en Santo Domingo (1992) llamaron “la iglesia que se encuentra entre las casas de los hombres, ella vive y obra entonces profundamente insertada en la sociedad humana e íntimamente solidaria con sus aspiraciones y dificultades” (SD 57), dando a conocer cómo respondemos desde la solidaridad a esas aspiraciones y dificultades que vivimos en este momento particular.
Anhelando que, de acuerdo a las posibilidades, esta celebración impulse, al menos, el interés de las personas por el compromiso social, quiero invitarles a que mostremos los gestos concretos que nos permiten seguir siendo presencia de la misericordia de Dios, intentando convertirnos cada día más en buenos samaritanos.
Ser buenos samaritanos implica asumir el reto de compartir no solo nuestros bienes materiales, sino toda nuestra vida con las personas más empobrecidas, para hacer comunidad con ellas propiciando formas de participación que nos ayuden a mostrar que se puede hacer el bien con hechos concretos. Al respecto el papa Francisco dice: “Qué evangélico sería si pudiéramos decir con toda verdad: también nosotros somos pobres, porque sólo así lograremos reconocerlos realmente y hacerlos parte de nuestra vida e instrumentos de salvación”.