Una espina en el cuerpo
Una historia extraordinaria se teje en la Biblia y a lo largo de la historia ha despertado todo tipo de inquietudes y criterios. Se trata del aguijón en la carne que menciona el apóstol Pablo y que tanto le molestaba. la escritura dice: “Y para que no me exaltara demasiado por la grandeza de las revelaciones, se me clavó un aguijón en el cuerpo, un mensajero de Satanás, para que me abofetee y no deje que yo me enaltezca. Tres veces le he rogado al Señor que me lo quite, pero él me ha dicho: ‘Con mi gracia tienes más que suficiente, porque mi poder se perfecciona en la debilidad’” 2 Corintios 10:7-9.
¿Por qué le fue dado el aguijón? el mismo Pablo da la respuesta (1) Para no exaltarse. es decir, nunca permitirse ver a los demás por debajo de él ni sentirse juez de los demás. Podemos entender entonces que el aguijón era el remedio contra la soberbia que tanto daño le hace al corazón. Decía Tomás de Aquino: “entre todos los pecados el más grave es la soberbia. Porque así como la caridad es la raíz y el principio de todas las virtudes, así también la soberbia es la raíz y el principio de todos los vicios”.
(2) Para abofetearlo: esta expresión es solo ilustrativa para dejar clara su humanidad.
Al final, la lección espiritual más importante en esto era desarrollar y mantener la humildad siempre.
Cuando le dijo “bástate mi gracia”, el Señor le daría a Pablo lo que Él necesitaba, pero no necesariamente lo que él deseaba. De la misma manera, Dios no te promete quedar eximido de las tentaciones, debilidades y diferentes aflicciones en la vida, pero sí te promete la salida para poder vencerlas. Tal y como se lo dijo al apóstol Pablo: “mi poder se perfecciona en la debilidad”. nunca olvides que en tiempos de debilidad y tribulación la fortaleza del Señor puede ser experimentada más completamente. Son esos los tiempos en los que realmente llegamos a depender del Señor, y no de nuestra propia fuerza o sabiduría.