La Teja

UNIDAS SON MÁS FUERTES

- Karen Fernández karen.fernandez@lateja.cr

La unión hace la fuerza y eso lo tienen muy claro siete mujeres que se quedaron sin trabajo y que decidieron apoyarse mutuamente.

Hablamos de Daniela Barahona, técnica en administra­ción de empresas; Alejandra Ruiz, chef y administra­dora de empresas; Adriana Blanco, mercadólog­a; Gabriela Fonseca, publicista; Fiorella Medrano, administra­dora de empresas; Alexandra Stravropou­los, profesora de inglés y Gabriela Morales, diseñadora publicitar­ia y máster en administra­ción de empresas.

Lo más lindo de la historia de estas profesiona­les es que no todas eran amigas; algunas de ellas ni se conocían, pero la empatía las llevó a hacer causa común.

Aunque todas venden sus productos por aparte, cada vez que a una le sale una venta, promociona los productos de las demás e, incluso, si algún cliente se antoja de todo le pueden hacer algún combito de los productos de todas.

Conversamo­s con Adriana Blanco, quien es la cabeza de la bonita iniciativa.

Cuando empezó la pandemia, ella pasó de tener diez contratos con su empresa de mercadeo a solo dos, por lo que se puso a vender una sangría casera, que le queda deliciosa.

“Eso fue lo que me obligó a ver qué hacía y la sangría con la receta familiar que acostumbra­ba hacer para compartir en familia, me le empezaron a pedir mis amigas, cansadas de estar en la casa encerradas, y así fue como empecé a hacer todos los fines de semana y no solo para ocasiones especiales”, recordó.

Asegura que su esposo fue el que le dio las palabras de aliento que necesitaba para mandarse al agua.

Luego ella fue ofreciendo productos de otras mujeres que pasaban por una situación similar a la suya para ayudarles y para darle un valor agregado a su sangría.

“Sigo con la agencia y ahora tengo dos trabajos, no es tan fácil, pero mientras tanto, los combino. Para el Día del Padre las mismas clientas le sugirieron ponerle algo salado a la par y luego de pensarlo me acordé de Alejandra Ruiz y su emprendimi­ento Gourmet Boxes CR y le propuse la idea”, contó Adriana.

Para el Día de la Madre fue mejorando la presentaci­ón y encargó unas cajas de apariencia antigua a una diseñadora gráfica para empacar los pedidos.

Eso sí, antes de unir a cada una de las pulseadora­s, se aseguró de que lo que ofrecían sería de buena calidad.

Guerra. Antes de tirarse al agua, Adriana investigó cómo subsistier­on las economías de los países después de una guerra, porque para ella el covid-19 fue igual de devastador.

Así fue como encontró la teoría Lattee (local, auténtico, trazable, transparen­te, ético y esencial), una tendencia que aplican en Europa y en algunos lugares de Estados Unidos, que se basa en la sostenibil­idad y solidarida­d absoluta con los productore­s locales.

“Con el 80% mínimo de productos locales en los negocios se garantiza que todos los que viven ahí van a tener trabajo y es una tendencia muy linda que busca que todos podamos comer, sostenerno­s mientras esto pasa”, contó.

Cada una adapta sus productos para la ocasión, por lo que ahora adornan todo pensando en la Navidad.

Como no saben por cuánto tiempo deben seguirla pulseando mientras regresan a sus profesione­s habituales, dicen que seguirán poniéndole todas las ganas para ofrecer lo mejor.

“Estamos luchando por un mismo objetivo, que es sostener a nuestras familias y levantar la economía unidas”, dijo Adriana.

El que no entendió en pandemia que la empatía, la solidarida­d y el compartir son tres pilares fundamenta­les, ya no hay cuándo”. Adriana Blanco mercadólog­a

Cerró. Otro caso es el de Alejandra Ruiz, quien tenía una tienda gourmet que tuvo que cerrar y para sostenerse, además de ofrecer platillos, la pulsea haciendo Uber y como “hija de alquiler”, o sea, acompaña a adultos mayores a los mandados que necesiten hacer.

Ella comenzó a vender unas cajas gourmet en diciembre del año pasado y en junio de este año le presentaro­n a Adriana y comenzaron la alianza.

Su negocio se llama Gourmet Boxes CR y ofrece berenjena a la italiana, cebolla carameliza­da, mostaza, bocas, cenas, puré, piernas de cerdo, ensaladas, dip de hongos, tablas de queso, de todo lo que le pidan.

Dice que hasta puede hacer un menú libre de gluten o de azúcar.

De todo. Estas empunchada­s mujeres no solo comida ofrecen, pues Daniela Barahona vende unas manualidad­es lindísimas.

“Con la pandemia, a la hora de reducir los gastos, los hogares lo primero que recortaron fue el tema de la decoración, entonces de un día para otro me quedé sin pedidos, ni ventas y empecé a renovar lo que hacía para que me volvieran a comprar, me baso en la temática de repostería”, explicó la brumosa.

Ella hace frascos y cucharas decorados, jarras, entre otros. Y entre todas levantaron un ejemplo de solidarida­d.

 ?? CORTESÍA ?? Cada cajita es distinta, según le elección del cliente.
CORTESÍA Cada cajita es distinta, según le elección del cliente.
 ?? CORTESÍA ?? Adriana Blanco fue la que inició la idea con su sangría Lola.
CORTESÍA Adriana Blanco fue la que inició la idea con su sangría Lola.
 ?? ??
 ?? CORTESÍA ?? Daniela Barahona hace manualidad­es en porcelana fría.
CORTESÍA Daniela Barahona hace manualidad­es en porcelana fría.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica