“Lo que usan es un caldo de pollo”
“Al principio de la construcción de la ruta 27 todo lo hicieron muy bien, ¿y por qué lo hicieron tan bien?, porque sabían que eso les ahorraría trabajo y dinero cuando entrara en funcionamiento (en el 2010).
“Hoy día las labores de mantenimiento son muy básicas, son trabajos que no frenan el deterioro, lo que usan en la Ruta 27 para el mantenimiento de la calzada es un caldo de pollo. Son (los de la concesionaria que antes se llamó Globalvia y ahora se llama Ruta 27) muy reactivos, tienen muy poca prevención y por eso el deterioro es muy acelerado”.
Esta es parte de la conversación que tuvimos con el ingeniero Roy Barrantes, del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales de la Universidad de Costa Rica (Lanamme-UCR), luego de que el viernes pasado se presentaran los resultados de la evaluación anual (julio 2020/julio 2021) del desempeño que hace Lanamme del proyecto en concesión San José-Caldera, Ruta Nacional 27.
LanammeUCR estudia la 27 todos los años desde el 2010, mientras que de las cuatro radiales (Coyol, de 4,1 km; Turrúcares, de 147 metros; Atenas, de 3,7 km y Escobal, de 525 metros) desde el 2013.
Se analiza la capacidad estructural, que es cómo el pavimento soporta las cargas, o sea, que si pasa un camión muy grande, el suelo no se desborone .
También hay un análisis funcional, o sea, revisar que el pavimento no esté muy irregular, que es lo mismo a que su carrito no le brinque mucho cuando pase por ahí.
Barrantes asegura que en lo funcional y estructural de los 77 kilómetros entre San José y Caldera hay muy buena calidad, sin embargo, hay algunas partes, que no son pequeñas, sobre todo en las radiales, donde el asunto pasa de castaño a oscuro, porque hay muchos problemas.
“Sí hay atención (por parte de la concesionaria) de los deterioros, pero son básicos, lo hacen así porque se ahorran dinero al no hacer mantenimientos más profundos. Lo que a uno le preocupa es que no podemos olvidar que esta carretera vuelve a manos del Estado en 12 años y Ruta 27 (concesionaria) debe entregarla exactamente igual a como la recibió, con calidad de nueva… eso no está sucediendo hoy día”, advierte el ingeniero de Lanamme-UCR.
Como jabón. En el informe hay una gran preocupación por un pedazo muy resbaloso de carretera, en ambos sentidos, entre los kilómetros 68 y 76 (los últimos antes de llegar a Caldera).
Cuando hay un accidente de tránsito se analizan tres cosas: el factor humano, eso tiene que ver en analizar si el chofer iba tomado, si se durmió, entre otras cosas; el factor mecánico, si fallaron los frenos, una rótula, se estalló una llanta, entre otros y el estado de la carretera.
“Como quien atiende una carretera no tiene control del vehículo, ni del conductor, tiene que mantener una carretera que perdone, así se le llama, que si el vehículo no está bien y falla, que si el conductor se distrajo por algo, o se duerme, la carretera debe ser totalmente segura, con buen pavimento, buena señalización, iluminación, para que permita lo que se llama una segunda oportunidad. En esos kilómetros (del 68 al 76) no se están cumpliendo ni con los mínimos internacionales”, asegura el experto.
Barrantes dice que las cuatro radiales también presentas broncas.
“El problema es que están mal desde que las hicieron y ahora están muy resbalosas y los carros brincan mucho al pasar, necesitan atención urgente para ayer, pero no les están haciendo nada. Ajustamos ya ocho informes (en Lanname-UCR) de decir lo mismo y nada”, explica.
Además, hay problemas en la señalización horizontal y vertical.
Los derrumbes también están presentes, sobre cuando llueve o tiembla.
Empresa se sacude. La gente de Ruta 27 se sacudió por lo que dice el informe de Lanamme-UCR.
“Con el tema de los taludes, para todos ellos, Ruta 27 ya ha completado los estudios geológicos-geotécnicos y el diseño de las soluciones requeridas. Ejemplo de ello son las importantes obras de mejoramiento acometidas este año entre los kilómetros 37 y 38, en cuanto a los otros puntos mencionados en el informe, Ruta 27 está a la espera de la expropiación de los terrenos necesarios para poder acometer las obras de mejoramiento.
“Ruta 27 desarrolla un programa de mantenimiento preventivo durante el año y de manera permanente a lo largo de toda la vía, destinando inversiones directas que rondan los 20 millones de dólares al año”, argumentó la empresa.