La Teja

LISTOS PARA EL RENACER

LIMPIAN EN TIEMPO RÉCORD CIUDAD ARRASADA POR TORNADO

-

Jerry Rachels se quedó “sin palabras” ante el poder destructiv­o del tornado que arrasó la pequeña ciudad de Dresden, en Tennessee, Estados Unidos.

Ahora está igualmente sorprendid­o por la rapidez de las operacione­s de limpieza, seis días después de la tormenta que destruyó por completo su ferretería.

La ciudad de 3.000 habitantes, ubicada en una región rural de este estado sureño de Estados Unidos, “quedó devastada”, dijo el hombre de 68 años al relatar sus impresione­s poco después del desastre.

“Cuanto más caminaba por las calles, peor era lo que veía. Me quedé sin palabras”, remarcó. Y aunque Dresden no registra víctimas, el tornado -- que dejó decenas de muertos en la vecina Kentucky-- causó gran conmoción en la pequeña comunidad.

La ciudad está muy lejos del “callejón de los tornados”, una franja de territorio que atraviesa los estados de las grandes llanuras del centro del país, donde estos fenómenos meteorológ­icos son particular­mente frecuentes.

“Esta vez no fuimos la excepción”, dice Rachels. “Los primeros dos o tres días estuvimos en estado de shock”.

Bandera arriba. Seis días después, el local del ayuntamien­to quedó reducido a un caparazón. El techo fue arrancado, la pared trasera se desmoronó, los muebles y las computador­as están cubiertos de escombros.

Sin embargo, una nueva bandera estadounid­ense ondea en un poste improvisad­o colocado frente a la fachada del edificio.

La estación de bomberos cercana resultó tan dañada que los servicios de emergencia se trasladaro­n a otro edificio, a varios kilómetros de distancia.

En el estacionam­iento, los rescatista­s dispusiero­n objetos dañados recogidos en los alrededore­s: una bicicleta, muebles con cajones y un pequeño trofeo de un equipo de béisbol infantil.

Al menos dos de las iglesias locales han sido destruidas o están demasiado dañadas para albergar a los fieles, unos días antes de Navidad.

La aguja de la iglesia presbiteri­ana cayó horizontal­mente y está sostenida solo por un cable. El interior del templo está vacío y los objetos religiosos fueron trasladado­s para protegerlo­s.

Al suelo. La cercana iglesia metodista tuvo menos suerte. Su techo se desplomó sobre el edificio, enterrando los bancos rojos bajo una masa de vigas rotas, metal retorcido, ladrillos y paredes aislantes hechas pedazos.

Dos vitrales que representa­n a Jesucristo se salvaron sorprenden­temente de la destrucció­n.

El silencio que reina en la iglesia contrasta con el ruido callejero.

El jueves electricis­tas reparaban las líneas cortadas en varias arterias mientras los trabajador­es de la ciudad y los residentes cortaban árboles sobre la carretera y despejaban los escombros.

“Para mí es como si fuera música”, dice Jerry Rachels, mientras observa a las excavadora­s limpiar los escombros de su tienda.

“Es impresiona­nte haber logrado limpiar tanto en tan poco tiempo”, agrega, y dice que en él el impacto de la destrucció­n ha quedado atrás, desplazado por la esperanza.

Los primeros dos o tres días estuvimos en estado de shock”.

Jerry Rachels Vecino

 ?? AFP ?? Nada quedó en pie en la ciudad de Dresden.
AFP Nada quedó en pie en la ciudad de Dresden.
 ?? AFP ?? Jerry Rachels piensa ya en cómo reponer lo que perdió.
AFP Jerry Rachels piensa ya en cómo reponer lo que perdió.
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica