La Teja

PEZONES SELLAN UNA GRAN LUCHA

- Rocío Sandí rocio.sandi@lateja.cr

Viviana León es sobrevivie­nte de cáncer de mama, ella se enfrentó a la enfermedad en el 2015 mientras estaba embarazada de su segundo hijo y logró vencerlo y sacar adelante a su bebito.

En el proceso perdió sus dos senos. La valiente dice que aunque se sentía extraño sentir su pecho plano, sabía que debía estar agradecida con Dios y la vida por la nueva oportunida­d que le estaba dando.

En el 2017, una doctora le ofreció la oportunida­d de hacerse una reconstruc­ción, lo pensó y aceptó. Luego de un doloroso proceso le pusieron dos implantes mamarios que le devolviero­n la confianza, sin embargo, aún faltaba algo.

“Mis nuevos senos no tenían pezones, el cirujano no los hizo porque era un proceso mucho más doloroso y extenso. Recuerdo que una vez me contactaro­n de una fundación para ofrecerme los tatuajes de pezones y ni lo pensé dos veces, dije que sí.

“Cuando terminaron de hacerme los dos tatuajes me levanté, me vi en un espejo y me puse a llorar de la alegría y el agradecimi­ento, no podía creer que mis pechos se vieran otra vez reales, fue como cerrar un ciclo. Todo eso ayuda mucho a la sanación sicológica después de vivir un proceso tan difícil y doloroso como lo es enfrentar el cáncer”, contó.

Buscan dibujar sonrisas. Experienci­as como la de Viviana son las que motivaron al equipo de Tapir Tattoo Studio a crear la iniciativa “Tatuaje Solidario”, que consiste en regalar a las sobrevivie­ntes de cáncer de seno, que tienen sus pechos reconstrui­dos,

los tatuajes de pezones para que puedan ver sus pechos como eran antes de pasar por la dolorosa enfermedad.

Este programa nació el año pasado y funcionó más que todo en octubre, que es el mes de concientiz­ación sobre este tipo de cáncer, pero este año el estudio de tatuajes regará su arte para buscar sonrisas durante todo el año.

“En la mayoría de los casos que nos han llegado, las luchadoras sobrevivie­ntes no se sometieron a una reconstruc­ción de pezón, por lo que el tatuador usa color y sombras para hacer que se vea como un pezón y una areola natural. Es importante que las personas sepan, en especial las que no tienen ningún tipo de tatuaje en su cuerpo, que el tatuaje no tiene relieve pero se verá tridimensi­onal y que a una distancia de dos metros se aprecian completame­nte naturales y reales”, explicaron en Tapir Tattoo Studio.

“Hemos visto muchos tipos de reacciones cuando hacemos estos tatuajes, las mujeres lloran, ríen, muestran ansias por ver el trabajo terminado, pero la más común es quedarse mudas frente al espejo e irradiar una felicidad que contamina de manera positiva a todos los presentes. Todas estas sensacione­s, pensamient­os y sentimient­os son compartida­s por el equipo, es normal que todos lloremos junto con las sobrevivie­ntes”, agregaron.

¿Qué hay que hacer?. Es importante que las candidatas para hacerse estos tatuajes tengan claro los requisitos y pasos que deben seguir.

El primero y más importante es que, luego de la reconstruc­ción, el oncólogo le dé a la paciente el visto bueno para que pueda ser candidata de una reconstruc­ción visual por medio de un tatuaje de areola y/o pezón.

Hay que recordar que los procesos de cicatrizac­ión varían mucho dependiend­o de cada persona, por lo cual no existe un tiempo estimado de recuperaci­ón preciso.

Cuando la persona llega al estudio tiene que firmar un contrato en donde reconoce que no es posible para los funcionari­os de Tapir Tattoo Studio determinar si el proceso de cicatrizac­ión de la operación se encuentra completame­nte sano, por ello es importante el visto bueno del médico.

Luego se realiza una primera reunión de valoración en la que hay un primer acercamien­to con el equipo, en ella se evacua cualquier duda y se comienza a crear un vínculo. También se valora si se tiene que realizar una reconstruc­ción visual de areola y/o pezón o si es de ambas mamas. En esta reunión se agenda el día del tatuaje.

Por último, en la cita para la realizació­n del tatuaje, previament­e se habla sobre cómo desea que se vea el pezón y la areola, dónde quiere que esté y qué color se vería más natural para el tono de piel. Luego, mezclarán la tinta de tatuaje hasta que consigan un color que les guste a todos. Si solo se ha reconstrui­do una mama, el tatuador intentará igualar con el pezón natural tanto como sea posible.

Si se sometió a una reconstruc­ción de pezón, se tatuará el pezón reconstrui­do y un área circular alrededor para recrear la areola, sino, el tatuador utilizará color y sombras para hacer que se vea como un pezón natural.

Es común que mientras se realiza el tatuaje se establezca un vínculo entre la sobrevivie­nte y la persona que tatúa, por lo que casi siempre salen a la luz experienci­as vividas por las pacientes, la mayoría coincide que el momento del primer diagnóstic­o es la etapa mas desmoraliz­ante.

Según cuentan en el estudio, el tatuador siempre se toma el tiempo de escuchar a las mujeres, ya que para ellas es importante compartir el proceso que vivieron al cerrar ese ciclo tan doloroso.

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CORTESÍA Viviana se enfrentó al cáncer de mama embarazada de su segundo hijo.
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CORTESÍA Estos artistas hacen que las mujeres lloren de alegría.
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