La otra cara de la seguridad
la seguridad es una de las cualidades que distingue a las parejas estables, ambos se tienen confianza y están convencidos del cariño que se profesan. Como se comprenderá, esto suele redundar en forma positiva, de tal forma, que juntos van construyendo un proyecto de vida en común, que florece y da sus frutos.
Sin embargo, a veces esa seguridad es mal interpretada por uno o por ambos y más bien gravita negativamente.
Así en el nombre de esa seguridad, muchos descuidan la relación, dejan de ser atentos en el trato, se olvidan de las expresiones de afecto, y catalogan de cursilería las frases de amor, sin darse cuenta, de la importancia que tienen estos aspectos en la dinámica emocional.
Algunos van más allá, y ven con indiferencia las celebraciones propias de la pareja. el cumpleaños, el aniversario, el día de los enamorados entre otros; no son festejados, y suelen pasar desapercibidos, creando todo un vacío en la pareja, más aún cuando antes, casi siempre en el noviazgo, sí se celebraban con flores, serenatas, peluches y agasajos.
La certeza de que me quiere, de que no me va a dejar por mis desatenciones suele ir in crescendo y la lejanía y la indiferencia se vuelven la norma. Ya no se comparte la mesa, se desayuna por aparte, se almuerza en el trabajo y se come viendo televisión.
Hay tiempo para todo menos para el amor, hay tiempo para el fútbol, las novelas, Netflix o Internet, pero nunca hay espacio para el cariño, y la intimidad se resume en un sexo mal hecho y a la carrera a altas horas de la noche.
Antes, estas parejas tenían que resignarse a su suerte, y seguían juntas en un convivio desvitalizado, hoy la realidad es diferente, hombres y mujeres, comprenden que la vida en común es para vivirla intensamente, y si después de muchas conversaciones y reclamos las cosas no cambian, muchos concluyen que lo mejor es que esto se acabe. Por eso, si la relación se ha estancado en la indiferencia, lo recomendable es consultar cuanto antes.