La Teja

Oxígeno y recuerdos por los que se fueron

- San ramón

Silvia Lobo sembró este lunes 14 de febrero un árbol en honor a su papá, quien murió por covid-19 en mayo del año pasado.

Hizo la siembra por medio de una fundación que espera repetir esa acción unas seis millones de veces más alrededor del mundo.

Silvia se comprometi­ó con la iniciativa Healing Trees, de la Fundación San Ramón Carbono Neutral, en Costa Rica, que busca plantar esa cantidad de árboles en el planeta en honor a la cantidad de muertos causados hasta ahora por el virus.

“Este árbol va a crecer mucho. Va a ser fuerte como mi papá. Nos lo va a recordar”, dijo Silvia sentada junto a su madre, Vera Bogantes, segundos después de cubrir de tierra la raíz del árbol en tributo a su papá, Carlos Lobo.

La siembra se dio en una verde finca de Esparza, Puntarenas.

“La iniciativa va a conmemorar a las víctimas de esta pandemia. Literalmen­te es darle oxígeno al planeta. Cada arbolito en el mundo va a crecer con el amor de la persona que los plantó”, agregó Silvia.

El pequeño árbol nativo y de hojas verdes, conocido como quebracho, es solo uno dentro de una iniciativa que según el presidente de la fundación, José Zaglul, tendrá jornada global de siembra el 4 y 5 de mayo, límite para alcanzar la ambiciosa cifra.

Gran dolor. El dolor de Silvia y Vera es único, pero sus historias son contadas alrededor del mundo desde diciembre del 2019.

Silvia reveló que su padre fue llevado al hospital porque respiraba a menos del 50% de su capacidad. Estuvo internado 15 días y hacía una videollama­da al día, porque le costaba hablar. Hasta que no llamó más.

También participó en la siembra Ana Victoria Vásquez, quien perdió a su esposo, Juan Luis Núñez, el 24 de mayo pasado, casualment­e un día después que falleció el papá de Silvia.

Ella contó que contrajo el virus de su esposo y estuvo hospitaliz­ada 22 días, con pocas posibilida­des de sobrevivir. Durante ese período, su familia le ocultó que Juan Luis había fallecido para que sobrelleva­ra su propia lucha. Lo supo cuando volvió a casa.

“Él se fue, pero ahora un árbol lo está representa­ndo. El árbol queda dando vida en lugar de él”, señaló Ana Victoria, de 56 años.

“También he perdido familiares. Esto permite honrarlos, porque los árboles dan vida. Este virus no distingue clase, raza, género. Nos ha recordado que todos somos una familia y por eso organizaci­ones y personalid­ades a nivel mundial se nos han acercado”, dijo Zaglul.

El presidente de la fundación dijo que organizaci­ones de África, Asia, Estados Unidos y en América Latina, ya manifestar­on su compromiso. Una de ellas es Better World Cameroon, que sembraría 100.000 árboles frutales en poblados pobres de Camerún, aportando también para la alimentaci­ón y el comercio.

Incluso, ya recibió respaldo de personalid­ades como Steve Kerr, entrenador de la NBA, y el cantante colombiano Fonseca. Además, solicitaro­n apoyo por escrito del papa Francisco.

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AFP Silvia Lobo (izq) dice que este árbol crecerá fuerte como su papá, Carlos.

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