La pandemia y el virus del papiloma
La pandemia ha condicionado prácticamente todas las facetas del diario vivir tanto en el plano social, económico, familiar como en el ámbito personal y es en este apartado en el cual la salud se ha visto comprometida, tanto para las personas que se han contagiado con el virus como para aquellas que se han librado de la infección. así los estudios comienzan a reportar que porcentajes importantes de la población abandonaron su control médico, y entre ellas muchas mujeres que habían sido diagnosticadas con el virus del papiloma, con el riesgo de que este pueda avanzar en ese lapso en que se ha perdido el control. recordemos que este virus, para conformar un proceso canceroso, pasa por varias etapas llamadas displasias que son lesiones precancerosas. así el primer estadio se denomina displasia leve, seguida de una displasia moderada, que sin tratamiento evoluciona en muchos casos a una displasia severa, que es el último estadio que precede al cáncer de cérvix. afortunadamente este proceso suele tardar varios años, casi siempre entre cinco a diez años y a veces más, de tal forma que la mujer tiene el tiempo a su favor y con solo el control periódico se puede detectar cualquier lesión incipiente.
Por eso, ahora que todo está volviendo a la normalidad se debe consultar cuanto antes para determinar si el virus del papiloma ha avanzado, para ello realizamos el papanicolaou y de ser necesario la colposcopia (exploración o examen visual del conducto vaginal y del cuello del útero) y hasta la toma de biopsias, exámenes con los cuales determinamos si es necesario instaurar algún tratamiento, o si no ha avanzado, se programan las citas para el control periódico. de igual manera esta consulta se aprovecha para realizar una valoración completa que nos permite identificar cualquier alteración ginecológica, ya sea en los ovarios, la matriz, o las mamas, que se pudo desarrollar en este periodo de veda que marcó la pandemia.