Poder del lenguaje
en el lenguaje está el poder de la vida y de la muerte, dice la palabra de Dios, y el versículo que lo menciona lo que hace es afirmar que el poder de una persona está en su manera de hablar y comunicarse con los demás e incluso consigo mismo. Cuando una persona abre su boca lo hace en dos vías: para bendecir y para maldecir.
Hay muchas personas que por su falta de preparación, ya sea en la palabra de Dios o profesionalmente, hablan palabras de maldición sin saber lo que están haciendo.
Un ejemplo de palabras de maldición: “Salí a buscar trabajo, pero no me lo dieron y, ¿ahora qué hago?”; “estoy desesperado”; “que mal me fue este día”; “cada día más y más deudas y no me sale nada”. Haga su propio análisis de esta conversación interna.
Piense detalladamente en qué benefició a la persona lo expresado. a esto le llamamos una maldición inconsciente ¿Por qué inconsciente? Porque la persona que expresa estas palabras posiblemente crea que maldecir es decir malas palabras o referirse mal de otra persona. no es así, maldecir es hablar mal, es una palabra compuesta: mal-decir, o sea, hablar mal, y pasamos maldiciendo nuestra vida, a nuestra familia y nuestra búsqueda de trabajo. entiende por qué es tan importante hablar bien.
Por un lado, Dios los quiere bendecir, pero por otro lado ellos maldicen lo que Dios les da. Solo póngase a pensar en la conversación del ejemplo que le di antes. “Que día más feo este”; cuando Dios te bendijo con este día. “¿ahora que hago con mis deudas?”. Dios lo dotó de talento y dones para sobrellevar todo lo que se presente. “no me dieron el trabajo”, pero tiene toda la salud del mundo para ir a buscarlo. lo que estoy tratando de hacer con este mensaje, es hacer ver a las personas las razones por las cuales muchas veces no consiguen lo que buscan y por lo contrario pasan hablando mal la mayoría del tiempo, cuando los cristianos somos la reserva de bendición que tiene el Señor para bendecir a este mundo.