IV Domingo de Cuaresma: hoy es fiesta
este domingo es conocido como “domingo lætare” (se pronuncia “letáre”). Ya hemos avanzado en el camino cuaresmal y sentimos cerca la gran celebración del misterio de salvación en la gloria del resucitado. esta cercanía nos impulsa a atenuar la austeridad propia del carácter penitencial de la Cuaresma y dar un tinte de esperanza alegre. las lecturas bíblicas imprimen un tono de alegría serena que se experimenta gracias a la misericordia de Dios que se manifiesta de diversas maneras. Vamos a las lecturas. moisés, quien guió a través del desierto el largo recorrido de su pueblo hacia la tierra prometida, muere antes de que el pueblo entre. Josué asumió la responsabilidad de continuar la obra de moisés y entró con el pueblo en su tierra. Por eso se narra la celebración de la primera pascua del pueblo ya en su propia tierra. además, hay otros signos que fortalecen la alegría del pueblo. esa alegría se expresa en la alabanza del salmo responsorial, porque son conscientes de la ayuda de Dios: ¡Qué bueno es el Señor! Si el afligido lo invoca, él lo escucha.
Y san Pablo, en la segunda lectura, contribuye a que se acreciente nuestra confianza en Dios y nuestra alegría. Dios ama a su pueblo y envía a su hijo a rescatar y reconciliar. Pero también señala en nosotros, fieles reunidos en asamblea de celebración y alabanza, la tarea reconciliadora, tal y como lo señala el ritual de la penitencia en sus notas previas. el evangelio nos presenta la mejor página de la misericordia de Dios como fotografiada en la actitud del padre del hijo pródigo y nos interpela en nuestra condición ante Dios y el hermano.
Tenemos que imitar la actitud de conversión del joven hijo pródigo, que se pone en camino de regreso y pide perdón a su padre. Fracasado en su experiencia, confía en que su padre sabe amar. Y el padre deja a un lado los errores del joven y lo vistió con sus mejores galas. no hagamos lo del hijo mayor, que no quiso entrar en la fiesta de misericordia y rescate.