LO DIVINO TAMBIÉN JUEGA
Hay miles de dedos cruzados y de oraciones de cara a este mediodía.
La Sele se juega la vida ante Nueva Zelanda por un cupo al Mundial de Catar. Es el día clave, o entramos a la fiesta de fin de año en el Golfo Pérsico o no quedará más que verla por tele.
Y si los fiebres están mandando buenas vibras hasta el lejano país, pueden imaginar lo qué pasa en las familias de los jugadores.
“Uno baja todos los santos”, confiesa Susana Castro Vargas, esposa de Johnny Lanuza Contreras, primo del seleccionado Anthony Contreras, el joven delantero al que no le ha pesado para nada la chema roja y hasta nos ha regalados buenos pepinos con el equipo de todos.
Susana nos cuenta que ella y su familia le encomiendan a Anthony a Dios, igual que hacen con todos los jugadores de la Tricolor.
Ella en particular lo pone en manos de la Negrita de Los Ángeles para que interceda por el futbolista y, ¿por qué no?, le ayude a anotarle a los neozelandeses.
“Estoy muy ansiosa por el partido. Paso pidiéndole a Dios y a la Negrita. Así estamos todos en la familia, bajamos todos los santos. Este 14 de junio vamos a ver el partido en familia, nos reunimos como treinta para mandarles buenas vibras y disfrutar juntos. Estamos seguros de que Dios nos ayudará”, dice Susana.
Pasos firmes. Por supuesto que Susana tiene claro que Anthony y sus papás son evangélicos (asisten a la iglesia Centro de Esperanza El Pesebre, en Lomas del Río de Pavas), por eso nos cuenta que ellos hicieron --y hacen-- cadenas de oración para que todo le salga bien al joven futbolista y que cada paso que dé sea de la mano de Dios.
El papá de Anthony, del mismo nombre del jugador, y el pastor de la iglesia, Fabián Silva, están en Catar y verán el partido en el estadio donde ticos y neozelandeses disputarán el último boleto mundialista.
El 29 de marzo publicamos una nota en la cual Silva nos dijo: “Cuando llegué a la iglesia todavía no era pastor y me pidieron que trabajara con los jóvenes. Allí estaba Rubén, el hermano mayor de Anthony, quien era un preadolescente y quiso formar parte de este grupo.
“Él (Anthony) tenía que estar en otro grupo, pero se venía a mejenguear y ahí fue donde vi que tenía cualidades. También escuchaba la palabra, alimentaba su parte espiritual y así ha estado desde entonces. Es un muchacho casero, humilde, habla poco, es un ser humano increíble. Ama demasiado a Dios, a su familia y sus papás le han dado esas bases espirituales, es un hombre que ama a Jesús”.
Cuando Anthony tiene tiempo y visita Pavas aprovecha para compartir con los jóvenes, tocar la guitarra y el bajo y da charlas.
“Yo hablo con él por mensaje, lo motivo, le mando mensajes de la Biblia, Anthony es una persona muy completa, tiene una fe muy fuerte”, aseguró el pastor, quien viajó a Catar con Anthony padre para apoyar al joven.
Le piden al papa. Hablamos también con don José Octavio Salas, abuelo materno del defensor Daniel Chacón, para saber cómo está de ánimo para hoy.
Dice que conforme falta menos aumentan los rezos. Nos explica que él en particular está muy tranquilo porque conoce muy bien el carácter de su nieto, a quien acompaña siempre a sus partidos.
“No hay duda de que debemos rezar bastante y así lo hacemos en familia. Al menos mi esposa (María de los Ángeles Guzmán) y yo le pedimos mucho al papa Francisco, somos muy devotos de él. Nos gusta pedirle su intercesión. Sabemos muy bien que las obras milagrosas las hace Dios, pero también sabemos que se puede pedir la intercesión del papa”, dice.
“Lo encomendamos (a Daniel), y a toda la selección, a todos los muchachos, al papa Francisco y a la Negrita. Pedimos que los ayude, que les dé fuerzas y capacidad para tomar las mejores decisiones. Es que es mucho lo que hay en juego para la selección y para el país en general”, reflexiona don José.
La clasificación al Mundial sería una inyección de ¢12.000 millones para la economía del país, tan golpeada por la pandemia.
Cuando le preguntamos a don José Octavio si está nervioso dijo que no, que él y su nieto ya pasaron por donde asustan.
“Le voy a contar algo, he vivido tantas cosas junto a Daniel que estos partidos ya me agarran muy sereno.
“Es que vivimos juntos muchas finales de liga menor y había que estar en esos partidos, esas finales eran demasiado estresantes, eso sí me desesperaba. ¿Usted sabe lo que es estar en una final de liga menor y que a Daniel le toque tirar el penal del triunfo? Eso es demasiado, por eso ahora estoy calmado, sé perfectamente que mi nieto sabe qué hacer. Claro, siempre pidiéndole al papa Francisco que nos lo acompañe y proteja”.