De la guerrilla al poder en Colombia
Después de cuatro décadas de lucha, primero en las armas y luego en democracia, un revolucionario que sobrevivió a la tortura y el exilio se convirtió el domingo en presidente de Colombia.
Gustavo Petro, de 62 años, será el primer mandatario de izquierda del país. Venció a Rodolfo Hernández, un millonario de 77 años.
Economista de profesión y nacido en una familia de clase media, fue educado por sacerdotes lasallistas.
Su ascenso asusta a poderosos sectores que temen que su gobierno sea un “salto al vacío”. A otros les choca su mesianismo. “Él se cree predestinado (...) la única persona que puede salvar a Colombia”, resumió una fuente próxima que habló bajo reserva al sitio web La Silla Vacía.
Petro se presenta como progresista antes que izquierdista, para evitar que lo asocien con las guerrillas marxistas que por seis décadas han avivado el conflicto armado y odios entre los colombianos.
Pero su pasado en la lucha armada lo persigue. Varias veces amenazado de muerte y forzado a un exilio de tres años en Europa, tuvo que blindarse para dar sus discursos en tarima con chaleco antibalas, escudos a su alrededor y al menos 20 guardaespaldas.
Casado con Verónica Alcocer y padre de seis hijos, Petro confesó su miedo a ser asesinado.
Militó por 12 años en el M-19, una guerrilla nacionalista, antes de firmar la paz en 1990. Admirador del nobel Gabriel García Márquez, en la clandestinidad adoptó el nombre de Aureliano, en homenaje al personaje de “Cien años de soledad”.
Fue detenido y torturado por militares, y estuvo preso durante año y medio. Siempre fue un combatiente “mediocre”, recuerdan sus antiguos compañeros de armas.