CHEPITO Y LA RUTA 32
Cada año, con la llegada del invierno, el riesgo de que un derrumbe deje fuera de servicio la ruta 32 por días e incluso semanas, se convierte en una congoja para el sector productivo y los pobladores del Caribe. dar la vuelta por la carretera de turrialba, angosta y llena de curvas, no es opción para los transportistas que movilizan carga entre san José y limón en grandes furgones articulados y eso implica un alza en sus costos, incluso pérdidas para exportadores, importadores, grandes y pequeños comerciantes, operadores turísticos, camioneros y particulares. los problemas de la vital ruta comercial, por donde circulan entre 20.000 y 24.000 furgones al mes, están identificados desde hace mucho tiempo. estudios del laboratorio Nacional de Materiales y Modelos estructurales (lanamme) señalan un tramo de montaña de 14 kilómetros como la zona crítica. se trata de un sector de elevados taludes que, debido a las intensas lluvias, sufren fuerte erosión y monumentales deslizamientos. desde hace más de 12 años se han discutido propuestas para garantizar la operación ininterrumpida de la ruta 32. el Ministerio de obras Públicas y transportes (MoPt) ha analizado la construcción de túneles falsos, una especie de cajones metálicos, para proteger a los vehículos en caso de derrumbes. en febrero del 2020, un consorcio integrado por las empresas H. solís y tPF gentisa recibió el visto bueno del Consejo Nacional de Concesiones (CNC) para iniciar estudios de la ampliación del paso de montaña. Pero todas las propuestas han ido a parar al archivo y la carretera mostrando cada invierno cuánto puede trastornales la vida a quienes deben utilizarla con frecuencia.