La Teja

Conviértas­e en un superhéroe al morir

- Rocío Sandí rocio.sandi@lateja.cr

Donar órganos es un acto de amor desinteres­ado porque en él se da vida sin esperar nada a cambio.

Así lo describe la enfermera Marieta Daily, coordinado­ra hospitalar­ia de donación y trasplante de órganos del Calderón Guardia.

Asegura que el tema de la donación de órganos en Costa Rica es un tabú.

“Normalment­e nadie habla del día en que morirán, rara vez las personas expresan si les gustaría donar sus órganos”, dijo la funcionari­a.

La enfermera explica que cuando una persona llega a un hospital y es declarada con muerte neurológic­a, de inmediato buscan a sus familiares con la esperanza de que sea un donador.

“Muchas veces cuando las personas llegan a emergencia­s de un hospital vienen sin sus documentos personales y es en la licencia o la cédula donde se especifica si una persona deseaba en vida ser donadora de órganos.

“Si estamos interesado­s en donar nuestros órganos cuando nuestras vidas se apaguen lo que debemos hacer es pedir cuando sacamos o renovamos la cédula y la licencia que incluya ese dato”.

Ocho vidas. Si los familiares comentan que sus seres queridos alguna vez se mostraron interesado­s en donar sus órganos al morir, de inmediato se empieza una carrera contra el tiempo para iniciar el proceso.

“Los cadáveres se someten a varios exámenes, entre ellos TAC, ultrasonid­o, ecorcardio­grama y así podemos determinar cuáles órganos se pueden trasplanta­r. De solo una persona se pueden salvar hasta ocho vidas, porque se pueden extraer los dos pulmones, los dos riñones, el hígado, el corazón, el intestino y el páncreas.

“También se puede aprovechar hueso, tendones, las córneas y algo muy importante que los familiares deben saber es que la apariencia física de sus seres queridos no cambiará, los cuerpos no se deformarán con la donación de órganos, la única diferencia es que al cadáver le quedarán marcas como de una cirugía”, aseguró la enfermera.

El proceso es muy transparen­te, una vez que se se identifica­n los órganos que se pueden rescatar se comunica al Ministerio de Salud para que elija a los pacientes beneficiad­os con los trasplante­s, según las listas de espera.

Lo ideal es que a más tardar 12 horas después de ser declarados fallecidos los cadáveres estén en sala de operacione­s porque entre más se tarde en extraer los órganos, más riesgo hay de que se dañen.

La cirugía para sacar un órgano del cuerpo tarda unas siete horas, ya que los médicos deben ser muy cuidadosos para no dañar los tejidos que lo rodean porque son necesarios para conectarlo con el paciente.

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Si a usted le gustaría ser donador cuénteselo a sus familiares.

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