Familia, un bien para la sociedad
Durante agosto, la iglesia dedica su oración por la familia, célula fundamental de la sociedad y verdadera iglesia doméstica. lamentablemente, muchos son los peligros que corre la familia en medio de corrientes que pretenden desvirtuar su significado y misión. Hoy, el mundo, incluso, propone no fundar familias, o si se fundan, que sean sin hijos y, si llegan los hijos, que sea la menor cantidad posible. la sociedad ha llegado al punto en que aparecen personas que “unen sus vidas” con animales, muñecos o computadoras.
“el individualismo de estos tiempos a veces lleva a encerrarse en un pequeño nido de seguridad y a sentir a los otros como un peligro molesto. sin embargo, ese aislamiento no brinda más paz y felicidad, sino que cierra el corazón de la familia y la priva de la amplitud de la existencia”, decía el papa Francisco en su exhortación apostólica amoris laetitia, n. 187. Debemos hacer una invitación a la vocación por la familia. nuestros jóvenes deben saber que la misión de formar una familia está también en el corazón de Dios. más allá de las metas personales o individuales, estas no deben ser obstáculo para unir sus vidas con otras personas y consolidar una familia que mucho bien le hace a la sociedad. Valores como la entrega mutua, el amor sincero y la fidelidad son esenciales en la formación de los jóvenes, para que puedan encontrar en la familia un deseo y una meta personal, como crecimiento para sí mismos y para con quienes deseen unir sus vidas. las autoridades gubernamentales deben proponer políticas que promuevan y permitan desarrollar una familia. Una sociedad sin hijos es una sociedad que no tiene futuro. Dependemos de que haya propuestas sólidas para invitar a ver en la familia un modelo de desarrollo integral. sin embargo, muchos son los obstáculos para consolidar una familia en la sociedad de hoy.
Permitamos que la familia realice su misión en la sociedad; anunciemos la belleza de la familia como el bien que significa para la humanidad.