El miedo a ganar
estratégica y tácticamente se puede retroceder para regalarle la salida al rival, esperarlo con orden, concentración e intensidad defensiva, para robarle el balón y pasar a la contra atacándolos cuando el rival esté en fase ofensiva. Sin darles tiempo a reorganizarse defensivamente. Aprovechando los espacios que ha dejado mediante transiciones previamente entrenadas.
Partiendo de lo que nos dice sun-tzu en el libro “El Arte de la Guerra” (utilizado por Luis Felipe Scolari durante el último campeonato Mundial que ganó Brasil): “el enemigo es más vulnerable cuando está atacando”, en el fútbol existen tácticas según el rival, les damos el balón donde queremos que lo tengan o lo presionamos desde la salida o la presión tras pérdida del balón para tomarlos desprevenidos, pressing (acoso contra los jugadores rivales) y contra pressing llaman unos. lo otro no tiene que ver con la táctica, ni con la estrategia, sino, con el miedo a ganar porque a veces vemos el partido cuesta arriba antes de jugarlo, algunos ven al rival más poderoso de lo que es en realidad, observan videos y lo analizan tanto que terminan agrandándolo en lo colectivo y a algunos jugadores. Algunos entrenadores al exagerarle a sus jugadores todo lo que hace el contrario, más bien generan un efecto en muchos casos contrario, o sea, un poco de temor a la hora de enfrentarse. en vez de prepararse para ganar el partido se preparan para no perderlo. tiene que ver mucho desde el lenguaje que utilizan, por ejemplo, “haremos un partido inteligente”. “no nos vamos a ir al ataque como locos”, “ellos son los exigidos”, “están en su propia casa”. cuando se cumple la profecía y el rival anota o empieza a ganar, surge la desesperación y en muchos casos no se está preparado para darle vuelta al marcador y el partido se empieza a poner cuesta arriba. o sea, el miedo a ganar a veces nos paraliza, nos hace retroceder y por lo general disminuye al equipo hasta llevarlo a la derrota.