Mordeduras son insuficientes
La española María Aurora Valenzuela, odontóloga forense, puso en duda una de las principales pruebas que ligan a dos hombres con el atroz homicidio de la anestesióloga María Luisa Cedeño.
Se trata de las tres marcas de mordeduras que fueron encontradas en el cuerpo de Cedeño y que, según la acusación del Ministerio Público, habrían sido hechas por Harry Bodaan y un hombre apellidado Miranda Izquierdo.
La perito, quien tiene más de 20 años de experiencia en odontología forense, dio su declaración ayer por la mañana tras ser presentada como testigo por parte de la defensa de Miranda Izquierdo.
En la primera parte de su declaración, la especialista no se refirió concretamente al caso de Cedeño, pero ante las preguntas hechas por Erick Gatgens, abogado de Miranda, dejó entrever su análisis ante las mordeduras en el cuerpo de la doctora.
Piel no tiene memoria. Uno de los puntos que más llamó la atención es que Valenzuela dijo que una mordedura sobre la piel no es una prueba con suficiente validez para identificar al mordedor.
Esta respuesta la justificó explicando que la transferencia (marcas) de las características de los dientes a la piel se dificulta porque esta “no tiene buena memoria ni recuerda” las formas, pues es muy deformable y su grosor varía mucho dependiendo de la parte del cuerpo que se trate.
La especialista dijo que esto no es una opinión personal, sino que se trata de una posición de la comunidad científica internacional, la cual, por medio de varios estudios, señala que no hay prueba científica para decir que la dentadura de una persona es única.
Valenzuela explicó que la piel no es la mejor superficie para que una mordedura quede con todas sus características representadas, pues las fibras de la piel se pueden estirar, por lo que un rasgo individualizante podría no detectarse dependiendo de la zona donde se haya hecho.
También señaló que las pruebas fotográficas hechas a una mordedura en un cuerpo no son pruebas contundentes, pues estas no permiten determinar la profundidad, intensidad o inclinación de una marca.
Sin carácter resolutivo. El abogado Erick Gatgens también le preguntó a la perito su opinión acerca de si las mordeduras en un cuerpo podrían considerarse de carácter resolutivo; es decir, como prueba que permitiera llegar una conclusión precisa, como una condena.
Ante dicha pregunta, Valenzuela dijo que en algunos casos sí podrían ser resolutivas; sin embargo, ella dijo que más bien las consideraba más como una parte de un procedimiento de investigación que como algo resolutivo.
Según la perito, una de las situaciones que dificulta ese tema es que a la fecha no existen estándares sustentados con una base de datos, como si los hay con el ADN, lo que se convierte en una limitante para los odontólogos forenses.
Casos refutados. Otra de las consultas hechas a la especialista fue si esta conocía de casos en los que una persona hubiera sido condenada por una marca de mordedura y que luego se declarara inocente al determinar que no había sido el mordedor.
Basada en su experiencia y los estudios que ha analizado, Valenzuela dijo recordar entre 7 u 8 casos de ese tipo, pero se refirió específicamente al caso del estadounidense Ray Krone, quien en 1992 fue sentenciado a muerte por el homicidio de una camarera, pues las marcas de mordeduras en el cuerpo de la víctima, al parecer, encajaban con las suyas.
Diez años después Krone fue declarado inocente, ya que una prueba de ADN comprobó que el verdadero asesino era un hombre identificado como Kenneth Phillips, quien ya había sido condenado por violación.