PERSIGUIÓ SU SUEÑO HASTA TIQUICIA
JOVEN ECUATORIANA DEJÓ SU PAÍS PORQUE AQUÍ SÍ HAY TRABAJO EN LO QUE AMA
Hacer realidad nuestros sueños en muchas ocasiones es muy difícil; incluso, hay momentos en los que debemos sacrificar muchas cosas, entre ellas, el alejarnos de nuestros seres queridos.
Mirella Espinoza es una joven de 28 años, quien desde su adolescencia soñaba en convertirse en una titiritera y por seguir su sueño, desde hace 9 años llegó a nuestro país proveniente de su natal Ecuador, específicamente, de la ciudad de Machala, donde dejó a su familia.
La Teja conversó con Mirella, quien nos contó lo difícil y duro que ha sido poder perseguir su sueño en un país que no es el de ella; sin embargo, agradeció el apoyo que ha recibido para desarrollarse como cuentacuentos en diversas actividades culturales.
“Me vine a Costa Rica gracias al apoyo de un tío que vivía y trabajaba aquí, él sabía que me gustaba mucho la literatura y me dijo que en la Universidad de Costa Rica había algunas opciones que me podían gustar y si era así, que podría venirme a vivir con él y su familia, y fue así como me vine a este país, dejando a mi familia en Ecuador”, contó Espinoza.
Mirella estudió Filología en la UCR y, actualmente, es cuentacuentos y, poco a poco, se ha ido desarrollando como titiritera aunque, según ella, aún le falta para poder llamarse así, pero ya en varias ocasiones ha participado en actividades contando historias con títeres, lo que le ha ayudado a subsistir en el país.
“Me ayudo realizando asesorías sobre texto, revisiones, ejerciendo mi carrera de filología, pero lo que más disfruto hacer es contar cuentos, e involucrarme en proyectos artísticos, sociales, culturales y trabajar con comunidades”, explicó.
Regreso. La joven cuentacuentos, a diario, se pregunta si existe la posibilidad de regresar a su país para poder ver a su familia, pero asegura que la respuesta a esa pregunta cambia a cada momento.
“Regresar a Ecuador no está en mis planes, de momento, al menos para este 2023, porque en este país, Costa Rica, he hecho mi trayectoria artística y profesional y para cumplir uno de mis sueños no lo veo que se pueda realizar en mi país, y ese sueño es poder subirme a un tren y viajar contando cuentos con títeres a las personas”, contó Mirella.
Espinoza asegura que ella añora poder vivir más adelante en un país donde haya mucha paz, donde pueda continuar desarrollándose en lo que ama y que existan muchas personas dispuestas a escuchar cuentos, que para ella eso le ha dado una motivación de vida.
“Realmente, no necesito mucho en la vida, porque puedo hacer lo que quiero hacer y eso siempre ha girado alrededor de contar historias, y eso han sido las cosas que me han salvado la vida. En muchas ocasiones, cuando era una adolescente y estaba muy triste, leer fue lo que a mí me mantuvo viva”, narró la ecuatoriana.
Un solo ojo. Esta joven utiliza una técnica muy poco usada para contar algunos cuentos infantiles, mezclando pequeños personajes.
El Teatro Lambe Lambe, que es el producto que ella ofrece, son espectáculos con títeres, objetos o máscaras acompañados por música o voz dentro de un pequeño escenario en el interior de una caja y el cual solo se puede ver con un ojo.
“No es una idea original mía, pero sí pocas personas lo usan, yo se lo aprendí a una amiga argentina que también es titiritera, y este teatro Lambe Lambe es teatro para un solo ojo, y es muy personal, solo puede ser apreciado por una persona a la vez”, explicó.
Según Mirella, esta técnica requiere preparación para poder durar el mismo tiempo al momento de contarlo a cada persona. En el caso de ella la duración de su cuento es de al menos 3 minutos.
“Para hacer la adaptación del cuento, decir todo lo que digo y poder durar los tres minutos que duro, tengo que hacer una dramaturgia; es decir, crear e identificar el conflicto del cuento, los personajes, cómo agregarle carnita y de esa manera poder que esto se vuelva mágico utilizando personajes hechos de diferentes materiales”, expresó la titiritera.
Mirella señala que hacer este tipo de cosas que le apasionan, también le han ayudado a poder seguir adelante y que, aunque no ha sido un camino fácil, porque le ha tocado insistir mucho para lograrlo, hoy puede ver los frutos por todo lo que ha logrado en nuestro país.