TICA LES METE EL HOMBRO
Kimberly Patricia Barquero Ramírez lleva tres años ayudando a los nicaragüense que llegan a Costa Rica en busca de una mejor vida.
Ella siente gran empatía por los hermanos del vecino país que se ven obligados a dejar su nación por los problemas sociales y la falta de oportunidades y por eso decidió tenderles una mano.
La mujer se dedica a mandar a traer documentos oficiales nicaragüenses para que los extranjeros puedan ponerse al día lo antes posible y conseguir un trabajo digno.
“Ver el sufrimiento de esas persona al llegar a un país ajeno en el que muchos las explotan y las humillan por ser nicaragüenses fue lo que me motivó
a empezar a dar el servicio”, expresó.
Kimberly tramita partidas de nacimiento y récord de policía, certificados de notas, entre otros, todos apostillados, para que los extranjeros puedan usarlas para ponerse en orden aquí en Costa Rica y adaptarse lo más rápido posible.
Según cuenta la mujer, los trámites son bastante rápidos, tardan en promedio una semana completa desde que se piden hasta que se entregan en las manos del dueño.
Los precios por traer estos documentos son variables; hay personas que tiene cédula nicaragüense, a ellos un récord y una partida les sale en $125 (unos ¢68.000), ambos documentos apostillados. Ahora bien, una partida y un récord con cédula residente sale en $250 (unos ¢136.000), ya que en el récord hay que poner la residencia y nunca han sacado cédula nicaragüense.
Ayuda en Nicaragua. Kimberly tiene un buen amigo en Nicaragua que trabaja muy fuerte para tramitar los documentos que ella encarga y mandarlos lo antes posible a Costa Rica.
Otro gran apoyo en la labor de la tica es su pareja, Claudia Isabel Flores Martinez, quien nació en Diriamba, Nicaragua, así que sabe de primera mano lo que cuesta traer documentos desde su tierra.
“Vine a Costa Rica desde muy pequeña, me trajeron mis padres buscando una mejor calidad de vida para mí y mis hermanos. Ya es muy extraño volver a mi país, porque me encanta Costa Rica y aquí está toda mi familia”, contó la nicaragüense.
“Ahora que estuve con mi proceso de naturalización tuve que enviar a traer mi récord y mi partida vieja. Sale un gasto grande, pero tenerlos aquí es una ventaja supergrande”, agregó.
Claudia dice que se siente satisfecha porque junto a Kimberly ha logrado ayudar a muchas personas y eso les ha permitido conocer historias muy bellas y a la vez difíciles.
“Esto significa mucho porque mi familia y yo pasamos muchas cosas y escuchar las historias de cada persona me da más fuerza de seguir con este proyecto, y no solo aquí en Costa Rica, también trabajamos enviando documentos hasta los Estados Unidos, ya que ahora a muchos hermanos nicaragüense les ha tocado emigrar a ese país”, manifestó.
Grandes injusticias. Kimberly dice que ella es muy seria con su trabajo, porque sabe bien lo mucho que significa para los nicaragüenses su labor.
“Cuando abrimos la página, el objetivo era ayudar a muchos nicaragüenses que están aquí en Costa Rica recibiendo un salario injusto; muchas veces les pagan como que si fueran quién sabe qué tipo de personas y eso no está bien, porque el ser nicaragüense no debe ser un motivo de discriminación, es completamente injusto.
“El no tener la licencia policial que necesitan para trabajar les dificulta a muchos tener un trabajo digno y por eso les ayudamos a traerla, y lo hacemos como se debe. Estas personas vienen de un país pobre, de un país donde cuesta mucho conseguir trabajo y al llegar aquí muchas veces en lugar de una oportunidad lo que reciben son humillaciones, eso es lo que queremos evitar”.
Ella dijo que ha conocido casos de extranjeros que trabajan en restaurantes y ganan ¢125 mil al mes por trabajar 12 horas diarias; prácticamente, es como si los esclavizaran.
Kimberly asegura que ha ayudado en varios casos en los que nicaragüenses aparecen con el nombre o apellido diferente en los documentos del país natal y en Costa Rica, lo que complica muchos trámites, pero con paciencia y persistencia logran resolver esos problemas y homologar la información.