La Teja

SEIS MESES ESPERANDO

- Rocío Sandí rocio.sandi@lateja.cr

Jose Pablo Gil lleva seis meses esperando que la aerolínea, en la que viajó en diciembre pasado a Turquía, le regrese su silla de ruedas.

Él practica tenis sobre ruedas y viajó a ese país para participar en unos torneos, pero el 3 de diciembre, cuando regresó a Tiquicia, empezó a vivir una verdadera pesadilla, ya que todo parece indicar que la aerolínea Lufthansa perdió la silla de ruedas que él usa para competir.

“Ese mismo día me dijeron que la silla de ruedas llegaría en el siguiente vuelo y así pasó más de un mes. Lufthansa no tiene oficinas en Costa Rica y eso ha sido un obstáculo para tener un contacto directo, correos van y vienen, pero hemos tenido muy poca agilidad y claridad con ellos.

“Para sumarle a la odisea, en Costa Rica los encargados de objetos perdidos me hicieron mal el trámite de reclamo y realmente no sabían cuál era mi silla. Hoy, seis meses después, sigo esperando una respuesta o una iniciativa de parte de Lufthansa para hacerse cargo de mi silla de ruedas perdida”, expresó el joven en el video que subió a sus redes.

José Pablo está ahorita en Madrid, España, y desde allá contó a La Teja que la está pasando muy mal en su preparació­n para los torneos internacio­nales en los que espera representa­r de la mejor manera al país, por eso que le urge tanto recuperar la silla lo antes posible.

El tico dice que ahora más que nunca debe obtener buenos resultados en sus competicio­nes ya que está luchando por clasificar a unos juegos Paraparame­ricanos y también a sus segundos Juegos Olímpicos.

“Ha sido bastante complicado para los entrenamie­ntos no tener mi silla, ha sido toda una odisea en realidad, este ha sido un año difícil porque no he podido entrenar como me gustaría. Me han prestado sillas de ruedas que no son de muy buena calidad ni hechas a la medida mía y ha sido muy difícil entrenar así y llevar el proceso”, aseguró el deportista.

Sillas prestadas. El tico dice que no le ha quedado más opción que pedir sillas de ruedas prestadas en algunas competicio­nes, pero estas lo limitan ya que no son hechas para él, lo que representa una gran desventaja.

“Estar en un proceso olímpico para clasificar a los juegos panamerica­nos y no poder entrenar bien ni competir como debe de ser es muy complicado. El último torneo de tenis que jugué en Houston lo jugué con cuatro sillas diferentes, estuve pidiendo algunas durante el torneo.

“Este tipo de sillas son hechas a la medida de cada persona dependiend­o de su discapacid­ad, dependiend­o de la capacidad que uno tenga también, el tamaño, la anchura, son detalles que hacen que cada silla sea personaliz­ada de alguna manera y el no tener la mía me ha frenado todo este año, la vedad que sí”, aseguró el tico.

Todas estas situacione­s han hecho que José Pablo no haya obtenido resultados que él esperaba en las últimas competenci­as, pero aún así sigue luchando porque no está en él darse por vencido.

“Esta silla la tengo desde el 2021, la estrené para los juegos paralímpic­os de Tokio, tiene un valor de $5 mil (¢2.705.000), hay otras muy buenas que van de los $10 mil (¢5.410.000) para arriba”, narró.

Gran ejemplo. Juan Pablo siempre ha sido un gran luchador, desde muy jovencito ha destacado en el tenis. No siempre lo hizo en silla de ruedas, estuvo jugando varios años tanto en el país como fuera de él y hasta participó en la Copa del Café, pero un accidente de tránsito le cambió la vida.

Jopa, como se conoce en el mundo del tenis, fue expulsado del carro en el que viajaba y sufrió fracturas en la pelvis, columna y vértebras, además de que se le perforaron los pulmones y un coágulo amenazaba su cerebro.

Pasó varios días en coma. Luego vino la dura noticia de que nunca volvería a caminar, así como muchísimas visitas al Centro Nacional de Rehabilita­ción (Cenare) para recuperar la mayor movilidad posible.

Ahorita Juan Pablo tiene 28 años y un espíritu valiente que no se doblega ante las adversidad­es, por eso espera superar este problema lo antes posible para poder recuperar la paz en su vida deportiva.

La Teja envió un correo a la aerolínea Lufthansa para preguntar qué fue lo que pasó con la silla de ruedas, pero al cierre de la nota no habíamos tenido respuesta.

Ha sido bastante complicado para los entrenamie­ntos no tener mi silla”. José Pablo Gil Paratleta

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INSTAGRAM José Pablo no ha podido entrenar bien por no tener su silla.
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ARCHIVO Jopa también práctica natación.
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INSTAGRAM Gil se mantiene optimista a pesar de todo.

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