Sexo, sol y deshidratación
estos días han sido auténticos cánticos solares; desde temprano sale un sol radiante que llena de luz y de alegría el entorno, al cabo de unas horas se alcanzan temperaturas considerables que unos disfrutan y a otros les abruman, con la particularidad de que siguen en ascenso y se mantienen a lo largo del día, al punto que hasta sudamos al dormir. estas altas temperaturas pueden representar un peligro para la salud, son muchas las personas que cursan con cuadros variables de deshidratación, porque no ingieren la cantidad suficiente de agua para reponer la pérdida que sucede con el sudor.
Ante el déficit de líquidos se presentan algunas manifestaciones que nos resultan conocidas, como la sed, la sequedad de boca y orinar en poca cantidad; sin embargo, si la deshidratación continúa pueden aparecer síntomas como cansancio, taquicardia, mareos, debilidad y, en casos más acentuados, confusión, irritabilidad, sensación de desmayo y auténticos cuadros de pérdida de conocimiento. la deshidratación es más peligrosa en niños, personas mayores, diabéticos, en quienes toman diuréticos (pastillas para orinar), desde luego en los que trabajan de “sol a sol” y en los que practican ejercicio con frecuencia. Vale recordar que por ninguna razón podemos dejar menores en los carros aun cuando estén en la sombra. afortunadamente, los cuadros severos son poco frecuentes, pero sí es común cierto grado de deshidratación que provoca cansancio, mal humor, irritabilidad, condiciones que, a su vez, predisponen a conflictos con la familia, los compañeros de trabajo y la pareja con la que pueden ocurrir distanciamientos afectivos y hasta sexuales. es claro, entonces, que sobran razones para hidratarse. en condiciones como las actuales resulta difícil determinar cuánto líquido se debe tomar, ya que la sudoración es cuantiosa, por eso la mejor manera es procurar que la orina sea clara, y abundante, dato que nos asegura que el cuerpo cuenta con los líquidos suficientes.