La Teja

Diputada pasó noche de pesadilla por Milo

Triste. Monserrat ruiz contó entre lágrimas la angustia que vivió por su amado gato

- Rocío Sandí rocio.sandi@lateja.cr

La diputada Monserrat Ruiz, del Partido Liberación Nacional, pasó una de las noches más terribles de su vida, debido a un susto que le pegó su amado gato Milo, pero por fortuna, la pesadilla tuvo un final feliz.

El felino se escapó de la casa y pasó toda la noche afuera, pese a que lo buscaron por todo lado, pero por dicha este jueves por la mañana regresó, lo que devolvió la paz a la familia de la legislador­a.

Ella contó que el miércoles por la noche, cuando llegó a su casa, en Naranjo, se dio cuenta de que el animalito había desapareci­do y se puso a buscarlo por todo lado, pero no logró encontrarl­o.

El minino nunca sale de la casa, por lo que le sorprendió muchísimo que desapareci­era.

“Mi hijo Marcelo llegó como a las ocho de la noche a la casa y se dio cuenta de que el gato no aparecía. La última vez que lo habían visto fue como a las cuatro de la tarde.

“Cuando llegué y me enteré, de inmediato, empecé a buscarlo dentro de la casa y, como no apareció, salí a buscarlo a pie a ver si lo veía, pero tampoco”, contó Monserrat con tono cortado.

Y es que el pequeño peludito se ha ganado el cariño de todos en su casa, pues en solo unos meses se ha vuelto parte fundamenta­l de la familia.

“Lo adoptamos en octubre pasado, era un bebé, cabía en mi mano, lo fuimos a recoger a una casa cuna en Grecia, estaba muy malito, flaco y con enfermedad­es, pero con la ayuda del veterinari­o y los medicament­os que le mandó, se fue reponiendo. En un momento llegamos a creer que era un gatito enano porque no crecía, pero cuando se fue poniendo fuerte empezó a crecer y se hizo hermoso, es blanco y tiene la cola parda y antifaz pardo”, narró la legislador­a.

Un gran chineado. Monserrat contó que Milo tiene en casa una camita en forma de cueva, juguetes y varios collares, tiene uno rosado y otro de flores porque en un principio creyeron que era una gatita, hasta le habían puesto de nombre Abba, pero ya luego el veterinari­o les dijo que era un macho y lo rebautizar­on.

“Cuando se perdió andaba con su collar rosado. Vivimos un calvario mientras estuvo desapareci­do porque nos preocupaba que le hubiera pasado algo. Como ayer llovió me temía que perdiera el rastro para regresar.

“Ayer (miércoles) lo estuvimos buscando por todo lado, luego de que acosté a mi hijo volví a salir a la calle a buscarlo; los vecinos me preguntaba­n que qué pasaba, porque me veían caminar por todo lado y yo les decía que se me había perdido el gato, pero lastimosam­ente, nadie lo vio”, relató la vecina de Naranjo.

La diputada también tiene un perro, que se llama Oso, y se lleva superbién con Milo. Se han adaptado muy bien a estar juntos, así que hasta el can estuvo triste porque su amigo de juegos no estaba.

“Prácticame­nte, no pude dormir nada, me quedé en la sala sentada en un sillón, con la puerta abierta, esperando que el gato volviera, pero nada.

“Pensé de todo, que quizá andaba perdido, que se lo había comido un bicho (hizo una pausa porque se le salieron las lágrimas), o que tal vez alguien lo había visto y se lo llevó para la casa”, dijo Ruiz.

Mucho dolor. Toda la familia de la diputada estuvo afectada por la desaparici­ón del gatito. La hija mayor de Monserrat, Helena, quien tiene 18 años y vive en Heredia porque está estudiando en la universida­d, se puso muy triste cuando la llamaron para contarle. Hasta le dijo que quería irse para la casa para ayudar a buscarlo.

“Le puse la caja de arena afuera de la casa y las tacitas de la comida y el agua también para ver si le llega el olor. Él se ha convertido en parte importante de la familia, duerme a los pies de mi cama y me hizo una falta increíble las horas que estuvo desapareci­do. Además, es un gran chineado y no queríamos que alguien lo fuera a maltratar o algo así, por eso nos urgía encontrarl­o.

“Ayer (miércoles) me despedí de él porque ya sabe a qué hora salgo de la casa y también sabe a qué hora llego, por eso fue tan duro no verlo en la noche, siempre me espera”, relató.

Este jueves en la mañana, la muchacha que ayuda a la diputada en las labores de la casa se puso a buscar el gato por todo el barrio, hasta puso latas de atún en varios lugares para atraerlo. Luego de eso, el felino llegó solito a la casa.

“Llegó sucio, sin collar y con mucha hambre, pero gracias a Dios no está herido. Estoy feliz de que hayamos recuperado a nuestro Milo”, dijo Ruiz para concluir esta historia que por dicha tuvo un final feliz.

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JOSE CORDERO La legislador­a Montserrat Ruiz dice que no durmió nada por estar esperando el gato.
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CORTESÍA Ruiz dice que el gatico es un gran chineado.
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