TRES CONSEJOS PARA CUIDARLAS
La mayoría se adapta bien al calor y a los ambientes más secos de la casa. Se deben regar máximo una vez a la semana o hasta que la tierra esté seca porque, por su naturaleza, mantienen un alto grado de humedad interna y el abuso del agua les provoca hongos y riesgo de pudrir sus hojas. Son ideales para ambientes interiores provistos de luz natural, aunque también es importante que reciban directamente los rayos del sol de 4 a 8 horas al día. Son de fácil reproducción casera. A partir de una hoja introducida en tierra abonada e hidratada se logran enraizar en pocos días.