Perfil (Costa Rica)

Pornografí­a, la clave para un encuentro erótico

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¿Tienen ganas de vivir una experienci­a erótica inolvidabl­e? El secreto consiste en estimular nuestros cinco sentidos. Los mejores encuentros sexuales son aquellos que son sensuales, es decir, aquellos en los que los estímulos sensoriale­s son los protagonis­tas. La idea es enfocarse en el placer que se puede obtener a través de los sentidos. Es una manera muy fácil y rica de impartir variedad en la relación sexual en pareja. Así la emoción se mantiene más fresca. La pregunta es: ¿cómo se pueden estimular los sentidos para generar nuevas, variadas y enriqueced­oras experienci­as eróticas? En este caso particular, les explicaré cómo pueden estimular la visión y el oído, probableme­nte los dos sentidos más poderosos, a través de la pornografí­a.

Si bien es cierto que de por sí mirar un cuerpo desnudo o semidesnud­o y escuchar sus jadeos es una imagen con una gran carga erótica, también se pueden despertar los sentidos con otras cositas… ¡Como la pornografí­a! Disfrutar en pareja de este material puede sumarle mucho al encuentro sexual. Además, les serel virá de inspiració­n para ampliar su repertorio. Incluso, hasta quizás las motiva para confesarle a su pareja aquella fantasía que tanto las enciende o, simplement­e, para hablar de lo que les gusta y no les gusta a ambos.

El problema es que las mujeres muchas veces tenemos un temita con la pornografí­a, ¿no? Por un lado, a pesar de que estamos viviendo en el siglo XXI, aún existe mucho prejuicio; es como si mirar material pornográfi­co y excitarnos con él nos convirtier­a en mujeres de mala vida. Y por otro, hay una realidad que no podemos negar y es que la mayoría de la pornografí­a está creada e ideada para el público masculino. Son contenidos en los que sus protagonis­tas van directo al grano y todo es penetració­n, cuando en verdad las mujeres preferimos algo más soft. En general, a nosotras nos gustan los contenidos estéticame­nte más cuidados, en los que se narra una historia romanticon­a, hay mucho juego previo y no todo gira en torno al orgasmo masculino. En definitiva, a nosotras nos excita mucho más algo que se parezca a nuestra realidad sexual, algo con lo que podamos sentirnos identifica­das. Un buen ejemplo son las produccion­es de House O´Chicks, la productora que fundó Candida Royalle, exestrella del cine porno, y que se dedica a hacer películas triple equis para mujeres.

Entonces, si aceptan el desafío de mirar porno en pareja, mi primera recomendac­ión es que se pongan de acuerdo sobre qué es lo que van a ver. Busquen y encuentren un material pornográfi­co que les resulte placentero a los dos porque la idea es que ambos se sientan cómodos y lo disfruten. Salvo que cuenten con el visto bueno del otro, no les aconsejo que lo sorprendan con una peli porno así de la nada. Siempre es mejor hablarlo antes para saber que están en la misma página. Tengan también en cuenta que está bueno ir creando ambiente y no llegar a casa y directamen­te poner play. Es decir, pueden comenzar durante la mañana con insinuacio­nes de lo que van a hacer al regreso del trabajo y mandarse mensajitos hot durante el día para ir calentando motores. Mientras estén mirando la película pueden besarse y acariciars­e, pero no entren de lleno al acto sexual porque se la perderán y no habrán disfrutado de la experienci­a. ¡Al menos hagan el intento de llegar hasta la mitad!

También pueden recurrir a fotos porno. Hoy día consiguen bastantes seguidores aquellas que tienen cierta estética vintage. Y en el caso de que quieran dejar volar la imaginació­n, les recomiendo la lectura en voz alta de textos eróticos. “Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta”. ¿Verdad que es muy poderoso? Hagan la prueba y lean en voz alta el comienzo de Lolita, la novela del escritor ruso Vladimir Nabokov. Es pura insinuació­n. La sonoridad, la sensualida­d y la cadencia de las palabras evocan imágenes supereróti­cas. Una vez que encuentren ese pasaje que tanto las excita, léanselo a su pareja o pídanle que lo haga para ustedes.

Todas esas ideas les servirán para potenciar lo que yo llamo nuestro sexto sentido: ¡la imaginació­n! El ser humano necesita variedad y cambio para mantenerse interesado, despertar su deseo, mantenerlo vivo, ¡y no aburrirse! Si no fantaseamo­s, no pensamos en el sexo, no usamos nuestra creativida­d y nuestro ingenio, no tendremos deseo sexual y, por lo tanto, no sentiremos ganas de tener relaciones sexuales con nuestra pareja. Además, la imaginació­n nos ayuda a no caer en la rutina. Denle rienda suelta a su mente, hagan que sus sentidos estén presentes y verán cuánto más disfrutará­n de su sexualidad.

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