¿Cómo se mete un barrio en un museo?
Vecinos organizados por el arte”, reza una inscripción dorada del artista guatemalteco José Míguez. Esta es la consigna de la exposición “Z4. Un barrio que diseña su cultura”, curada por Andrés Asturias, fotógrafo, fundador y director de editorial RARA y del espacio cultural La Erre.
Las salas 1 y 2 del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) en Costa Rica son el hogar temporal de la Zona 4, un pedacito de Ciudad de Guatemala que ha cobrado vida propia y se ha reformado gracias a la labor de vecinos que creen en la labor del arte y de la cultura como redentores de la sociedad moderna.
Para Andrés Asturias sacar la tarea fue complejo. ¿Cómo se mete un barrio en un museo? Edificios, bodegas, proyectos sociales, revistas, obras de arte, música, perros calientes y paneles solares conviven entre las paredes del MADC gracias a su ingenio. Más de 50 proyectos que viven en un solo barrio se puede apreciar en fotos, esculturas, revistas, videos, audios, xilografías y más.
EL BARRIO QUE SE TRANSFORMó
Todo barrio tiene su historia. Zona 4 es una de las 25 divisiones de la Ciudad de Guatemala; la más pequeña. Nació como un área industrial con grandes bodegas y algunas residencias y se llamó Cuatro Grados Norte.
Tras un plan de ordenamiento territorial, empresarios y gobierno invirtieron para revitalizar la zona por medio de un área peatonal y cultural. Funcionó por un tiempo: tuvo unos 5 años de gloria.
Después, la fiesta, el ruido y los megabares y centros nocturnos se apoderaron de este barrio, dando pie a violencia, drogas y alcohol y olvidando cualquier iniciativa cultural. Llegó la hora de reinventarse. Zona 4, impulsada por industrias culturales y modernos proyectos inmobiliarios, tiene hoy una nueva cara.
En edificios recién restaurados habitan espacios de coworking: zonas abiertas donde las empresas de publicidad, diseño, arquitectura y más tienen oficinas temporales: sitios para atender clientes a bajo costo y que permiten el trabajo interdisciplinario y el disfrute de un ambiente diferente que desde hace unos 3 años se aferró a este barrio y no lo deja ir.
En Zona 4 hoy residen 2.323 personas y durante el día conviven unas 7.800 pues hay quienes mantienen allí sus espacios de trabajo pero aún no se han aventurado a buscar un hogar cerca de la oficina. Sin embargo, hacia esto camina el desarrollo del barrio: existen 4 proyectos residenciales construidos y ocho más que están por abrir puertas y ventanas.
En zona 4 existe una armonía indescriptible que Asturias transmite en el MADC: unión de vecinos, proyectos de emprendedurismo social, desarrollo inmobiliario, apoyo municipal, gastronomía burbujeante y muchas ganas de seguir creando.
Transmitir la vida de un barrio guatemalteco en dos salas de museo es el propósito de la muestra “Z4: Un barrio que diseña su cultura” que, bajo la dirección de Andrés Asturias, fusiona lo kitsch, lo hipster, lo bello, lo feo y lo cotidiano.
Quince restaurantes y cafeterías conviven con seis estudios de arquitectura, doce estudios de diseño, cuatro agencias publicitarias, dos galerías de arte y seis centros educativos.
EXHIBIR UN BARRIO
Asturias juntó cuanta representación de los emblemas de su barrio pudo obtener para que Z4 fuera la exhibición más completa de Zona 4. En la muestra, es posible palpar los ritmos de quienes habitan este barrio y entender su carácter multidisciplinario.
El formato de la muestra es tan diverso como su contenido: fotografías, audiovisuales, objetos, revistas, audios y esculturas muestran los movimientos culturales sobresalientes y cuentan las historias de quienes viven, trabajan y dan forma a la naturaleza del barrio.
El montaje y producción fue complicado. Para Asturias, uno de los emblemas de la muestra es La Muelita Feliz, edificio de dentistas que tiene más de 30 años de estar en el barrio. Su estética kitsch es una representación maravillosa y particular de Guatemala: las muelas invaden el edificio en absoluto, desde las macetas de su fachada hasta las manijas de las puertas. Lo representaron con fotografías y la réplica de unas esculturas de piedra en forma de muela, que hacen las veces de macetas.
“En el diseño bien hecho hay miles de posibilidades. Le pedimos los mejores logotipos al estudio de diseño que los hace, le pedimos los mejores videos a los productores, las mejores fotos a los fotógrafos... Así se fue construyendo. En algunos casos fue una conversación y en otros, lo generamos nosotros con lo que creíamos que era una buena manera de representarlo”, señaló el curador.
Un ejemplo de ello es la representación de la empresa Kingo, que produce paneles solares que se instalan en zonas rurales donde no llega la electricidad. El curador eligió representarlos mediante fotografías y la instalación de una lámina de zinc con un panel solar.
El joven fotógrafo Kevin Frank, interesado en el caos y las contradicciones que provoca, retrató la parte del barrio menos producida y la más real –como las cantinas o los cuidacarros– y la contrapuso a aquellas zonas donde florece el desarrollo inmobiliario y los proyectos arquitectónicos modernos.
“Es bien interesante esa mezcla de dos realidades que conviven en un dinamismo de una ciudad muy caótica y ecléctica. No quería hacer una expo para que la gente pensara que en Guatemala tenemos este barrio que es perfecto y divino, porque también tiene sus dificultades”, comentó Asturias.
Sorprende encontrarse con tomas de pantalla de conversaciones de whatsapp como parte de una exhibición de museo. Se trata de extractos de las conversaciones que un grupo organizado de vecinos de Zona 4 tiene para alertar a la policía de cualquier irregularidad que se pueda presentar.
Destacable es también el trabajo del artista Diego Maldonado, quien interviene el espacio público con sus xilografías: hace empapelados urbanos cargados de crítica social y la gente lo conoce por haber visto su trabajo estampado en las calles guatemaltecas, de forma gratuita.
Mercado 24 cocina Guatemala en sus ollas. Este restaurante forma parte de la identidad del barrio y ha sido promotor de su despertar gastronómico. Es parte de la muestra tanto como del corazón de la identidad urbana del barrio de Zona 4.