Cerveza artesanal crece como espuma
Más de 100 marcas se comercializan en Costa Rica, mientras que Guatemala y El Salvador, aún con pocas opciones en el mercado, intentan hacer crecer el gusto por estas bebidas premium.
MÁS DE 100 MARCAS SE COMERCIALIZAN EN COSTA RICA, MIENTRAS QUE GUATEMALA Y EL SALVADOR, AÚN CON POCAS OPCIONES EN EL MERCADO, INTENTAN HACER CRECER EL GUSTO POR ESTAS BEBIDAS PREMIUM.
Rubias, negras, rojas, con toques amargos o dulces, de diferentes texturas y aromas, así son las cervezas artesanales, bebidas de alta calidad y para gustos exigentes, que cada vez cobran más auge en el mundo. La tendencia en su consumo ha sido más evidente en Estados Unidos, donde operan más de 4.200 fábricas. Sin embargo, Centroamérica no se queda atrás y cada vez son más las opciones y quienes las prefieren.
Cada maestro cervecero, con delicadeza y dedicación, le da un toque personal a su producto, utilizan ingredientes muy diversos y sus recetas destacan la forma tradicional y ancestral de elaboración.
“El enfoque de una cerveza artesanal está en la calidad, más que en el precio. Es común que utilicen varios tipos de maltas (que le imparten colores y cuerpo) y varios tipos de lúpulos (que son ricos en aromas); incluso mezcaldos con otros ingredientes como café, chocolate, trigo, calabaza, distintos tipos de chile, rosa de jamaica, etc. ¡La imaginación y habilidad del cervecero es el límite!”, explica el guatemalteco Luis Escobar, quien espera recibir pronto las licencias para comercializar su propia marca: Cervecería Pantera. Escobar también posee el blog Cervecero Chapín.
“La cerveza artesanal da más libertad al consumidor para elegir entre diversos estilos y sabores, en comparación con la cerveza industrial tradicional. Ese es el principal motivo por el cual se ha incrementado su consumo. Un segundo factor es la innovación, ya que los cerveceros, además de experimentar con técnicas o ingredientes especiales, se vuelven creativos en la elección de la imagen y el nombre para que los productos sean divertidos, irreverentes o audaces”, añade Luis Arce, presidente de la Asociación de Cerveceros Artesanales de Costa Rica (ACACR).
Cervezas ‘ticas’ ganan terreno a pasos agigantados
Hace seis años tan solo dos microcervecerías luchaban en Costa Rica por dar a conocer las cervezas artesanales. Hoy, son más de 100 marcas las que buscan conquistar los paladares de los cerveceros.
La oferta ha crecido aceleradamente y cada vez más empresarios se animan a incursionar en el campo artesanal. La ACACR cuenta con más de 70 asociados, pero no hay un dato exacto sobre el número de fabricantes. La organización, no obstante, da por hecho que va en aumento.
Entre los productores conocidos están La Micro Brewing Company –comercializa marcas como Domingo 7–, Costa Rica's Craft Brewing Company –Libertas, Segua y Malacrianza– y Cervecería Rancho Humo –Galán Sin Ventura, Gose La Amistad y Tempisque India Pale Ale–, entre otras. Esta última crea además alrededor de 10 bebidas de temporada y este año planea iniciar la construcción de su propia planta cervecera, en una reserva privada de 1.068 hectáreas, en las inmediaciones del Río Tempisque, en el pacífico costarricense. Allí se ubica el proyecto turístico Rancho Humo, del que la cervecería será parte, y debe su nombre a que los propietarios descubrieron que el agua del lugar tiene cualidades minerales y una pureza incomparables.
También burbujean en El Salvador
En El Salvador la tendencia se vincula con dos emprendedores, que vieron la oportunidad para presentar al mercado sus propuestas de cervezas Premium. David Falkenstein dio el primer paso, con Cadejo Brewing Company. Comenzó a preparar cervezas en casa junto con amigos y lo que comenzó como un hobbie, se convirtió en 2013 en una empresa que ya exporta a la región. Su propuesta es que la marca Cadejo se identifique con los salvadoreños y a la vez tenga un toque de irreverencia. Sus otras cervezas también tienen nombres poco comunes: La Wapa, la Hija de Pooh, la Suegra, La Jefa y Lupe Reyes, son algunas de ellas. Después de Cadejo, abrió sus puertas Santo Coraje, emprendi“Guatemala miento de Ceci Cruz Palma, una salvadoreña de 27 años, única mujer con el título universitario de Maestra Cervecera y la primera extranjera en Alemania graduada por la Facultad de Ciencias de Cervecería de la Universidad Técnica de Berlín. Ofrece una cerveza con calidad europea pero hecha 100% en el país, por manos salvadoreñas.
“Contamos con estilos clásicos como Pils (rubia), Baltic Porter (negra), Dunkel (oscura) y Weizenbock (trigo), tanto Ales como Lagers, todas fabricadas bajo la Ley de Pureza Alemana o Reinheitsgebot, reglamento alimentario aún vigente y el más antiguo del mundo. También hemos incluido estilos tropicalizados como cerveza con rosa de jamaica o con cáscara natural de naranja”, explica Cruz.
Una razón romántica
En Guatemala, a pesar del gran interés, los fabricantes de este tipo de bebidas alcohólicas aseguran que enfrentan grandes obstáculos y los que han logrado ubicar marcas en el mercado, aducen que razones románticas los impulsan a alcanzar su sueño. todavía está regida por una normativa muy vieja con respecto a la fabricación de bebidas alcohólicas, aprobada en 1948. Lógicamente, es una norma anticuada, que no va de acuerdo con la realidad y las necesidades de hoy, incluso desde el punto de vista de régimen fiscal. Aunque la mia es una microempresa, está catalogada para el fisco entre los grandes contribuyentes”, resalta Luca Benvenuto, maestro cervecero de Ixbalanqué.
El Príncipe Gris, la primera en comercializar este tipo de bebidas alcohólicas en Guatemala, enfrenta una situación similar. Se constituyó a finales de 2012, pasó en trámite tres años y empezó a vender a principios de 2016. “Fue un reto gigantesco y lo sigue siendo. Por ejemplo, no podemos comprar las botellas localmente, las tenemos que importar, porque las botellas de cerveza solamente son utilizadas por la industria mayor. Además, todos los insumos, menos el agua, se importan”, señala Alejandro Castillo, maestro cervecero de la companía.
El deseo por elaborar cervezas de alta calidad ha sabido derribar obstáculos. En la actualidad, al menos tres cervecerías artesanales ya comercializan sus productos en Guatemala y unas tres o cuatro más están en proceso de obtener su licencia.
“Vamos lento, vamos tarde, pero por lo menos puedo hablar con mucho orgullo de nuestro producto, de calidad mundial, y aunque no es tan accesible a todo el mundo por razones de distribución y precio, creo que sí está abriendo brecha y está ayudando a impulsar la cultura cervecera y a que el consumidor descubra qué es lo que le gusta. Van a venir muchos otros productos interesantes, con diferentes propuestas”, considera Castillo.
Consumidor: el gran beneficiado
Una cerveza artesanal suele ser más costosa en el mercado que una industrial. Sin embargo, expertos señalan que eso no detiene el consumo ya que los clientes valoran la calidad y la variedad.
“El consumidor entiende que este producto no tiene rellenos, ni colorante de zanahoria negra. El color, aroma y cuerpo de la cerveza artesanal dependen 100% de la malta, el agua, el lúpulo y la levadura”, comenta Benjamín Chaverri, encargado de Mercadeo y Comunicación de la Costa Rica's Craft Brewing Company.
Para la maestra cervecera Ceci Cruz, la aceptación de los consumidores ha sido inmensa. “Se nota que están en busca de una propuesta diferente de cerveza. Nuestra alta calidad y variedad es lo que nos ha puesto en alto”, agrega.
El reto es grande para estos emprendedores que se abren paso en medio de marcas tradicionales con producciones industriales, sin embargo, avizoran un futuro brillante.