¡BIENVENIDOS A CASA!
Dice el refrán que: “las visitas son muy bonitas cuando llegan, pero son más bonitas cuando se van”. Y este tema es muy acorde a las fiestas que se acercan y que nos permite prepararnos tanto para recibir en casa como para asistir a las diferentes actividades a las que nos inviten. Recordemos ante todo la puntualidad, no hay nada tan poco delicado como eso de decir “por ahí de las ocho o más o menos a las nueve”. O peor aún, la creencia de por sí absurda e impertinente de pensar en que “llegaré elegantemente tarde para hacerme esperar”.
Lo correcto es definir la hora precisa y sugerir a los invitados que la cena será servida a las 10:00 p.m., por ejemplo, así pueden llegar antes y disfrutar de bocadillos y aperitivos antes de ésta.
Si algún invitado llega poco antes de la hora dispuesta por la anfitriona para servir la cena, quedará en ella la posibilidad de extender el tiempo para darle oportunidad de tomarse alguna copa, o si en su defecto ya todo está listo para ofrecerla, lo correcto es pasar al grupo completo al comedor.
Cuando se llama a cenar y no se van a servir las mismas bebidas, lo educado es decirle a los amigos que pueden dejar sus respectivos vasos sobre la mesa, porque la cena se va a acompañar con otro licor o con vinos.
Una vez servida la cena, si alguien llega tarde debe ofrecer disculpas pero sin dar excesivas justificaciones y sentarse en la mesa de inmediato, disfrutar el plato que en ese momento se esté degustando y no pretender que le coloquen los que se comieron con antelación.
La hora de la despedida a veces se torna complicada porque no siempre las visitas saben cuál es el momento oportuno de retirarse. Como anfitriones o como invitados no insistamos en prolongar demasiado una velada; excepto que necesite estar en casa a una hora determinada, el momento de irse es cuando la mayoría lo esté haciendo. Si por casualidad, se quedan por ahí esos amigos “que no se van hasta que la botella se acabe”, puede solucionar eliminando todo vestigio de licor, refrescos, hielo, limones, etc. y ofrecer café para indicarles con esto, que la actividad concluyó y fue un placer tenerles en casa.