Encarar cambios estructurales para que las empresas puedan ser más competitivas y productivas.
Empieza por valorar si es conveniente continuar con horarios de 8 a.m. a 5 p.m. o flexibilizarlos y optar por jornadas rotativas. Los grupos organizados y sindicales deberán evaluar si ello requiere de transformaciones sociales, culturales y jurídicas.