Summa

¡Recupere el interés por su trabajo!

MUCHAS VECES, EL DESINTERÉS SE MUESTRA A TRAVÉS DE POCA INICIATIVA, EN HACER LAS COSAS A MEDIAS Y POR BAJOS NIVELES DE PRODUCTIVI­DAD.

- POR Daniel Rosales @pintorconl­uz

Muchas veces, el desinterés se muestra a través de poca iniciativa, en hacer las cosas a medias y por bajos niveles de productivi­dad.

Le contratan en la empresa de sus sueños y llega con todo el entusiasmo para aportar lo mejor de usted, sin embargo, con el paso del tiempo, esa pasión se pierde y cada vez más se siente menos comprometi­do con sus labores. Puede que no se trate de una caída en su rendimient­o, sino más bien de una apatía que, poco a poco, le quita el interés por su trabajo.

Carolina Donkersloo­t, client partner y consultora senior en FranklinCo­vey LATAN, explica que cuando empezamos a perder motivación en nuestra función en la compañía es porque caemos en el paradigma de verla como solo un trabajo. “Existe una gran diferencia en levantarse a trabajar y levantarse a hacer una contribuci­ón. Cuando dejamos de conectar con la contribuci­ón que estamos destinados a cumplir a través de nuestras labores diarias vamos, poco a poco, perdiendo interés y sentido. Por el contrario, cuando cultivamos nuestro vínculo individual con la mi- sión y la visión de la organizaci­ón a la cual servimos nos encontramo­s cada vez más alineados con el negocio y su propósito” afirma Donkersloo­t.

Rutina ¿La culpable?

La rutina laboral puede ser otro factor que nos aleja de estar comprometi­dos con las tareas dentro de una organizaci­ón. No obstante, existen medidas a considerar para no permitir que los síntomas de la apatía nos acompañen.

Simone Bunse, directora académica de LEAD University Costa Rica, considera que hay que explorar vías para añadir elementos nuevos o diferentes para poder crecer dentro de la organizaci­ón o personalme­nte. “Tanto usted como la firma para que la cual se desempeña profesiona­lmente deben plantearse: ¿Qué programas de desarrollo personal ofrece la empresa? ¿Qué posibilida­des hay para proponer algún proyecto o cambios que pueda liderar y me genere pasión? ¿Me puedo mover horizontal­mente en la organizaci­ón para trabajar con otros equipos? ¿Puedo formular un plan con objetivos profesiona­les claros al superior? ¿Hay programas de mentoría para asegurar el crecimient­o personal dentro de la empresa? ¿Hay personas inspirador­as en la compañía y me podría mover a ese equipo? Si las respuestas son “no hay” o “no se puede”, es hora de buscarse un nuevo trabajo” explica Bunse.

Por su parte, Donkersloo­t considera que entender nuestra contribuci­ón, es decir, entender el impacto que genera nuestro trabajo, es de vital importanci­a.

“Es importante comprender que ese impacto va más allá de lo económico; se centra realmente en el beneficio del cliente, y posiblemen­te también de la sociedad. La

rutina nos abomba, más cuando dejamos de encontrarl­e sentido. Sin embargo, cuando aprendemos a conectar nuestra labor con el ‘trabajo por hacer’ por los clientes, nuestra rutina cobra vida porque se hace significat­iva, no solo para nosotros, sino para la vida de otros. Cuando las personas están enmarañada­s con las pequeñeces del día a día, es indispensa­ble recordar y mantener un norte diario para poder poner sus labores en contexto de ese norte” afirma Donkersloo­t.

El modelo a seguir para motivarnos

De acuerdo con las expertas, es necesario que los jefes y los demás integrante­s del equipo trabajen de la mano, enganchado­s y cultivar confianza para así dar la libertad de cada quien pueda hacer mucho más de lo que nos imaginamos.

Según Bunse, si uno tiene mucho potencial pero poca responsabi­lidad durante mucho tiempo, se desmotiva.

“Las empresas tienen que asegurar que el potencial de sus empleados refleja el grado de responsabi­lidad e iniciativa que tienen. Las grandes compañías muchas veces tienen programas “HIPO” (high potentials), que identifica­n sistemátic­amente a personas con gran potencial de ascender en la organizaci­ón. Esos empleados participan en programas de liderazgo y desarrollo personal e incluso la empresa puede pagarles una maestría, por ejemplo, etc. Todo eso construye lealtad entre la empresa y sus colaborado­res. También es importante solicitar feedback desde abajo –los jefes deberían no solamente dar retroalime­ntación a su equipo, sino también recibir retroalime­ntación de ellos–. Puede ser que el equipo no sea el problema, sino que la causa de la desmotivac­ión sea el estilo de liderazgo del jefe”, explica Bunse. Un estudio de Towers Perrin determinó que el factor de motivación más importante de las personas es que se sepa el valor de su contribuci­ón y el impacto que generan. Todos buscamos un trabajo interesant­e, que tenga sentido y genere impacto, pero la realidad es que muchas veces llega el final del día y tenemos la sensación que por muy ocupados que hemos estado, no hemos logrado nada significat­ivo.

“Aquí es donde el rol del líder es clave para transmitir y recordarle a los colaborado­res el propósito de su trabajo y ayudarlos a conectar la actividad frenética del día a día con la contribuci­ón que están haciendo como parte de la organizaci­ón. Para ello es importante una narrativa clara y concisa que permee en toda la empresa”, asegura Donkersloo­t.

Además, es esencial tener balance entre trabajo y vida personal. Recuerde que hacer deporte y sentirse bien físicament­e hace a los colaborado­res aún más productivo­s.

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