La primera frontera
Donald Trump hace que la migración sea un problema para México.
DONALD TRUMP HACE QUE LA MIGRACIÓN SEA UN PROBLEMA PARA MÉXICO.
Alberto abre su billetera para mostrar lo poco que hay en ella. No contiene dinero ni tarjetas de banco, solo el documento de identidad emitido por el gobierno de El Salvador, del cual acaba de huir. Dejó su trabajo como reparador de autos en San Salvador, la capital, donde ganaba US$100 al mes, porque los miembros de la pandilla MS-13 le habían exigido más dinero del que podía pagar. "Mataron a mi hermano y a mi hijo", explica. Alberto y su esposa, Gabriela, quien tiene cuatro meses de embarazo, han encontrado refugio, al menos por ahora, en Tapachula, en el estado fronterizo mexicano de Chiapas. Los centroamericanos escapan de los controles de inmigración de México aproximadamente medio millón de veces al año, muchos en busca de seguridad o de mejores salarios. Hace algunos años, Alberto y Gabriela podrían haberse dirigido a Estados Unidos, pero esperan quedarse en México como refugiados. Solicitar asilo no es fácil. Una resolución puede tomar hasta 100 días hábiles. Durante ese tiempo, la familia debe visitar una oficina gubernamental en Tapachula una vez a la semana. Aunque, en teoría, la pareja tiene derecho a trabajar, en la práctica muchos migrantes se mantienen sin hacerlo mientras esperan una respuesta. Alberto y Gabriela planean dirigirse al norte, a un estado mexicano con mejores perspectivas de empleo que Chiapas. ¿Por qué no seguir a Estados Unidos? La razón es el presidente Donald Trump, indica Alberto. Él y su esposa saben que el gobierno estadounidense ha separado a cientos de niños de sus padres en la frontera (aunque se haya suspendido la política después de una protesta pública). En junio, Jeff Sessions, el fiscal general de los Estados Unidos dijo que los inmigrantes ya no podían solicitar asilo por violencia de pandillas o abuso doméstico. Esta medida probablemente reduzca de forma significativa las aprobaciones de solicitudes de asilo para los centroamericanos. Las noticias de esa decisión eventualmente llegarán a los refugiados en la frontera sur de México.
Los datos sobre detenciones de migrantes por parte de Estados Unidos sugieren que la dura retórica de Trump sobre la inmigración durante su primer año en el cargo, ha sido hasta ahora un impedimento mayor que las políticas brutales de su segundo año. Trump ha lamentado que los centroamericanos fluyeran "como agua" hacia México, lo que estaba haciendo "muy poco, sino nada" para
ESTADOS UNIDOS HA PRESIONADO
POR LARGO TIEMPO A MÉXICO
PARA QUE REFUERCE ESA
FRONTERA.
detenerlos. Pero el ánimo de los migrantes en Tapachula sugiere que al menos algunos están reconsiderando sus planes para ingresar a los Estados Unidos, si no es para abandonar sus países de origen.
Menos bestial
Esto ocurre justo cuando Andrés Manuel López Obrador, el presidente electo de izquierda de México, se prepara para asumir el cargo en diciembre. Espera cooperar con Trump en materia de migración, pero el presidente estadounidense parece un socio reacio. Si Estados Unidos logra fortalecer el control de su frontera, México podría tener dificultades para hacer frente a los flujos a través de su frontera sur. Estados Unidos ha presionado por largo tiempo a México para que refuerce esa frontera. El "Programa Frontera Sur", financiado en parte con dinero de los Estados Unidos, no pone barreras, sino que reúne a las personas que lo han logrado. Los migrantes en Tapachula dicen que cruzar la frontera desde Guatemala es fácil. Pero de 2013 a 2015, el número de centroamericanos deportados de México se duplicó a 180.000 por año. Los puestos de control se alinean en las carreteras de Tapachula.
EL NÚMERO DE SOLICITUDES DE ASILO EN MÉXICO HA AUMENTADO DE 1.300 EN 2013 A 14.600 EL AÑO
PASADO.
La "Bestia", un ferrocarril en el que los polizones se arriesgan a ser violados, robados y asesinados mientras se dirigen hacia el norte, se ha vuelto más difícil de abordar. Su velocidad se ha incrementado y se han colocado vallas en los patios del ferrocarril. A la vez, México está permitiendo que más migrantes se queden. El número de solicitudes de asilo en México ha aumentado de 1.300 en 2013 a 14.600 el año pasado. La mayoría de los aplicantes son centroamericanos. Estados Unidos recibe muchos más solicitantes: 108.000 centroamericanos aplicaron el año pasado. Pero mientras que Estados Unidos rechaza tres cuartas partes de las solicitudes de los países del "triángulo norte" (El Salvador, Guatemala y Honduras), el año pasado, México aprobó dos tercios de ellos. Se está difundiendo entre los migrantes de que el asilo en México es una opción.
Eso no significa que sean bienvenidos. Los recién llegados a Tapachula pueden obtener tres noches de alojamiento en albergues administrados por la iglesia, pero luego deben continuar para dejar espacio a otros, quizás a un pedazo de piso sin cobija. Eso cuesta 100-250 pesos (US$5-13) por noche. Los más pobres duermen a la intemperie.
En este lugar, las relaciones con los mexicanos son difíciles. Tapachula tiene la segunda tasa de criminalidad más alta en Chiapas, a pesar de que apenas hay crimen organizado en la ciudad. Los residentes culpan a los migrantes. Las aulas se desbordan de niños immigrantes. Pocos lugareños sienten afinidad con los centroamericanos, a pesar de los lazos de la historia y la geografía. En 1823, Chiapas votó en un referéndum para unirse al México recientemente independiente en vez de a las Provincias Unidas de América Central, una federación efímera de Guatemala y otros cuatro países.
La mayoría de los inmigrantes están ansiosos por seguir adelante, pero no están seguros de dónde terminará su viaje. Un programa dirigido por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) proporciona un modelo humano. Mueve a los migrantes de Tapachula, donde hay pocos trabajos, a Saltillo, un pueblo en Coahuila, cerca de la frontera con Estados Unidos, que tiene escasez de mano de obra. Trabajando con propietarios de fábricas, el ACNUR ofrece a los refugiados un curso de integración de dos semanas, luego los deja a que se las arreglen solos. Cinco sextos de ellos permanecen en Saltillo. El organismo está estableciendo otra unidad en Guadalajara y espera reubicar hasta 5.000 refugiados el próximo año. Pero el programa tendrá que ser mucho más grande para reubicar a la mayor parte de los refugiados.
JEFF SESSIONS,
EL FISCAL GENERAL DE ESTADOS UNIDOS DIJO QUE LOS INMIGRANTES YA NO PODÍAN SOLICITAR ASILO POR VIOLENCIA DE PANDILLAS
O ABUSO DOMÉSTICO.