Un distintivo de garantía casi obligatorio
En un mercado tan competitivo como el actual, optar a una norma o certificación internacional ha pasado de ser un requisito importante a uno imprescindible para las empresas que deseen sobrevivir en el mundo de los negocios.
EN UN MERCADO TAN COMPETITIVO COMO EL ACTUAL, OPTAR A UNA NORMA O CERTIFICACIÓN INTERNACIONAL HA PASADO DE SER UN REQUISITO IMPORTANTE A UNO IMPRESCINDIBLE PARA LAS EMPRESAS QUE DESEEN SOBREVIVIR EN EL MUNDO DE LOS NEGOCIOS.
“Si el cliente lo pide, el empresario lo debe cumplir”, esa es una máxima que rige en el mundo de las normas y certificaciones internacionales, una alternativa clave y cada día más utilizada por las empresas para garantizar la calidad y competitividad de sus negocios. La intención es mejorar la productividad y la gestión, generar confianza y credibilidad, así como demostrar que la organización certificada cumple con los intereses del cliente, usuario o consumidor y demandas específicas de la sociedad.
Son consideradas un distintivo que brinda seguridad al cliente y prestigio a la compañía y pese a no tener carácter obligatorio, prácticamente se han convertido en un requisito indispensable para ingresar a ciertos mercados e inciden en el crecimiento económico, la cultura laboral y la capacidad para exportar.
“En un ambiente tan competitivo no solo es importante cumplir con normas sino necesario. El cliente percibe la calidad y se inclina por empresas que satisfacen sus expectativas”, asegura Héctor Herrera, secretario ejecutivo de la Comisión Guatemalteca de Normas (COGUANOR).
Existe un sin número de agencias internacionales y empresas que se dedican a certificar que las prácticas y procesos de producción de distintos sectores o giros de negocio se ajustan a estándares particulares.
Los certificados otorgados por la Organización Internacional de Normalización (ISO, por sus siglas en inglés) para determinar estándares de calidad empresarial son los reyes del mercado. Obtener una norma ISO implica para las empresas implementar buenas prácticas empresariales a través de una política de calidad con objetivos medibles, cumplir determinados requisitos de satisfacción al cliente, y proporcionar la capacitación necesaria para que los empleados alcancen las competencias requeridas, entre otras actividades.
Las más buscadas
Las ISO 9001-2015 de sistemas de gestión de la calidad y la ISO 14001 de sistemas de gestión ambiental siguen siendo las que llevan la batuta a nivel de número de empresas que se certifican a nivel mundial y las que más se implementan en las organizaciones”, reconoce Alexandra Rodríguez, directora de Normalización del Instituto de Normas Técnicas de Costa Rica (INTECO). La primera ha evolucionado. La versión 2008 de la ISO 9001 se basaba específicamente en satisfacer las necesidades de los clientes, ahora incorpora el concepto de riesgos y a todas las demás partes interesadas.
“Ya no basta con estandarizar y ordenar procesos internos medidos a través de indicadores y que la organización esté orientada al cliente, debe demostrar un liderazgo con más capacidad de resolver inconvenientes”, agrega Wilfredo Fernández, líder
temático de la Escuela de Comercio Exterior de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (AGEXPORT). Asegura que eso permite evaluar según la probabilidad de ocurrencia de incidentes y vulnerabilidades a fin de tomar medidas correctivas que permitan adelantarse ante problemas como casos de contaminación ambiental, alteración de la inocuidad de los alimentos y otros o incluso evitar que se cometa un error o suceda un accidente.
Los desafíos
“En el mundo de hoy, las empresas ya no se rigen solamente por la calidad, sino también por la sostenibilidad, lo cual ha dado paso al surgimiento de otras herramientas innovadoras y nuevos temas que se están volviendo tendencia, no todos certificables, como el combate a la corrupción, gestión de residuos, seguridad ocupacional y buenas prácticas ambientales”, sostiene la directiva de INTECO.
En América Central, las grandes empresas y las trasnacionales son las que mueven el mercado de las certificaciones; recursos económicos limitados, dificultades de acceso a crédito y el hecho de que estas acciones aún no se traducen en incrementos significativos de las ventas locales frenan a muchas otras. Sin embargo, los especialistas estiman que, con el tiempo y nuevas exigencias de la sociedad, todas estarán obligadas a avanzar.
“El empresario debería de estar ávido en querer certificarse y conocer la competencia de sus colaboradores. Identificar las fortalezas y los puntos de oportunidad es muy importante”, destaca Claudia Valdez, jefa del departamento de certificación laboral del Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (INTECAP).
Desde hace más de tres años, los organismos de normalización de la región coordinan esfuerzos para impulsar la adopción de normas regionales en sectores vitales de la economía, como turismo, construcción, salud y ambiente. También trabajan en superar las asimetrías existentes entre las entidades, tanto en capacidad instalada como a nivel de instrumentos jurídicos.
“Estamos bastantes interesados en trabajar en bloque para elevar la competitividad. Los beneficios de la normalización y en la armonización regional están de cara a las expectativas del mercado y seremos más atractivos si tenemos normado todo lo que producimos, pero nos falta mucho camino por recorrer”, indica
Yanira Colindres, secretaria ejecutiva del Foro Centroamericano de Normalización y directora del Organismo Salvadoreño de Normalización.
A su criterio, por ejemplo, lo que un viajero busca en Costa Rica o Panamá espera encontrarlo en Nicaragua, El Salvador o en Guatemala, con la misma calidad. Y hace una reflexión final: “Somos países importadores y muchos de los que vienen a vender nos consultan sobre las normas que tenemos y en muchos temas no hay ninguna. Lo mismo ocurre con inversionistas y compradores. Tenemos que sensibilizar a las empresas sobre la importancia de las certificaciones porque podemos estar desaprovechando oportunidades”.
Las más novedosas
ISO 51001 Sistemas de gestión de
la energía: Las organizaciones que la implementan logran un consumo más eficiente de los recursos energéticos, facilita la transparencia, la comunicación y la adopción de mejores prácticas de gestión energética. También ayuda a evaluar y priorizar la implementación de nuevas tecnologías de eficiencia energética, proporciona un marco de referencia a lo largo de toda la cadena de suministros y facilita la mejora de la gestión de proyectos de reducción de emisiones de gases con efecto invernadero. “La ISO estima que si las organizaciones la implementan
podrían influenciar hasta en un 60% en el consumo mundial de la energía, que representa un problema por costo”, destaca Rodríguez.
ISO 20400 Compras sostenibles:
Proporciona directrices para integrar la sostenibilidad en la estrategia y el proceso de la política de adquisiciones de una organización, definiendo los principios de la adquisición sostenible como la rendición de cuentas, la transparencia, el respeto a los derechos humanos y el comportamiento ético. Puede ser aplicada por cualquier tipo de organización y es muy relevante para gestores de sostenibilidad y ambientales; administradores de la cadena de suministro y de instalaciones; adquisiciones y compras profesionales de alto nivel, así como para directores de finanzas. Por ejemplo, según INTECO, en Costa Rica, el Ministerio de Hacienda está promoviendo el mecanismo ya que asegura una compra de calidad y además promueve temas relacionados con la protección ambiental, la aplicación social y eficiencia financiera. ISO 45001 Sistemas de gestión para la salud y seguridad en el trabajo: Publicada en marzo de
2018, esta norma proporciona un lugar de trabajo más seguro para los colaboradores y el resto de personas. Su aplicación va más allá de lo medioambiental y se enfoca en la seguridad de las personas. ISO 37001 Sistemas de Gestión
Antisoborno: Promueve una cultura empresarial ética y el combate a la corrupción. Contiene una serie de medidas para que las empresas implementen controles internos que mejoren su capacidad de prevención, detección y tratamiento de riesgo ante el soborno, junto con sistemas de evaluación de los riesgos y debida diligencia de proyectos y socios de negocios y aplicación de controles financieros y comerciales. También muestra ante los accionistas y potenciales clientes compromiso con la transparencia y la ética en las transacciones en su operación global. ISO 27001 Sistemas de la Seguridad de la Información: El eje central de esta norma es proteger la confidencialidad, integridad y disponibilidad de la información en una empresa. Evalúa los riesgos y define lo que es necesario hacer para mitigarlo y evitar filtraciones o pérdidas de datos.
ISO 31000 Sistemas de Gestión de Riesgos: Ayuda a manejar de manera más sistemática cualquier vulnerabilidad en la organización. No es certificable, pero es una herramienta que ayuda a atender los nuevos conceptos de riesgo que hoy por hoy son muy importantes para asegurar la continuidad del negocio. ISO 14046 Huella Hídrica – Sistema de Gestión Ambiental: Regula cómo se utiliza el agua. El fin principal es conocer, en un alto nivel de detalle, el ciclo de vida del agua, partiendo de detectar y evaluar todos los impactos açmbientales que se generan desde las organizaciones de forma directa o indirecta.